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Manguel: “No creo en la literatura virtual como no creo en el sexo virtual”

Manguel: "No creo en la literatura virtual como no creo en el sexo virtual"

EFE

Pollença (Mallorca) —

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Con toda una vida dedicada a los libros, el escritor, traductor y editor argentinocanadiense Alberto Manguel, que recibe esta noche el Premio Formentor de las Letras en reconocimiento al conjunto de su obra, ha asegurado que no cree en la literatura virtual como tampoco cree en el sexo virtual.

“No soy un ciudadano virtual”, ha indicado en una rueda de prensa Manguel, que ha distinguido entre su sentir como lector y como director de la Biblioteca Nacional de Argentina, una faceta en la que “cree totalmente ”en el mundo digital ya que hay que usar la digitalización para dar a conocer sus fondos .

El escritor ha considerado que un libro puede ser un arma de educación “iluminadora” o de destrucción y ha recalcado que la literatura tiene en la actualidad los mismos poderes desde la Prehistoria, un poder optativo que buscan las personas y que yace “en un estado latente como un cuchillo que se usa para asesinar o para cortar pan”.

“La mayor parte del mundo no lee”, ha señalado Manguel, que ha recordado que la lectura “fue siempre una actividad minoritaria y requiere un esfuerzo”.

Un esfuerzo que debe producirse en una época en la que el mundo se ha inclinado a lo fácil, ya que “es más fácil coger el ascensor que subir las escaleras, ir e coche a la esquina que caminar” y lo mismo ocurre con la lectura, que requiere de la voluntad del individuo.

En la sociedad actual, la dificultad tiene un valor negativo y hay que cambiar eso porque “la literatura es lenta y tiene su propio ritmo, cuando la gente no quiere hoy un ritmo lento.”

Consciente de que ha tenido la “inmensa suerte” de trabajar siempre en el mundo de los libros ya sea como editor, traductor, escritor o en las bibliotecas, afronta su labor como director de la Biblioteca Nacional de Argentina como una oportunidad para la educación ciudadana ética.

Por ello, ha pedido que desaparezcan los obstáculos, que ha dicho, existen en la aduana para la importación de libros en Argentina y en el servicio de correos, que ha considerado “una vergüenza para un país que quiere ser civilizado”.

Manguel no cree que internet pueda ser la Biblioteca universal: “con internet nos acercamos a ese infinito pero no estamos allí ni de lejos. En internet no se encuentra todo” y, a veces, cuando ha buscado algo, dice que o no estaba o estaba mal contado.

Considera absolutamente necesarias las bibliotecas en el siglo XXI, unas instituciones culturales para las que se debe recuperar un “rol central”, ya que han sido desplazadas por los bancos y las instituciones financieras, cuando éstas no deberían estar en el “corazón de la sociedad”.

Respecto al lenguaje, ha explicado que no le gustan expresiones “que se utilizan en esa deriva insensata hacia el inglés retomando palabras anglosajonas, además las más feas, cuando hay equivalencias en castellano. Pero no se puede evitar que las generaciones jóvenes usen ese vocabulario”, ha opinado el escritor.

Para Manguel, puede haber un temor ante el uso del lenguaje “abreviado, rápido y sintético” que hace que se dependa demasiado “de la comprensión del otro”: “Necesitamos ser los dueños del idioma” siendo conscientes de que “el uso perezoso del idioma nos debilita”.

Manguel habla en su último libro “Mientras embalo mi biblioteca”, de Alianza Editorial, de cómo echa de menos sus volúmenes, que llevan tres años en cajas debido al cambio de domicilio.

“Los libros en cajas suponen una ausencia dolorosa”, explica este amante de los libros que dice que no podría elegir uno para salvarlo de un fuego frente a los demás.

El Premio Formentor de las Letras reconoce la labor narrativa de los escritores que prolongan la alta tradición literaria europea y prolonga el impulso de la primer fase del galardón creado por Carlos Barral en una época en la que fueron reconocidos autores como Jorge Luis Borges, Samuel Becket, Saul Bellow o Jorge Semprún.

En esta nueva fase del premio, recuperado en 2011, lo han recibido Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia y Roberto Calasso.

La ceremonia de entrega del Premio Formentor, dotado con 50.000 euros y del que son mecenas la familia Barceló y la familia Buadas, dará inicio a las “Conversaciones de Formentor” que cumplen en esta edición diez años y que se prolongarán hasta el próximo domingo.

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