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Baila al ritmo caótico-electrónico de Liars

Liars: 'Mess on a Mission'

Javier Pulido / Javier Pulido

Madrid —

Canción de la semana

Liars: Mess on a mission

Mess on a mission“Somos una banda esquizofrénica. Vamos de un extremo a otro. Trabajar en el último disco resultó muy confuso y paranoico. Con el nuevo fue exactamente lo contrario. Fue mucho más instintivo, divertido y seguro”, asegura el cantante de Liars, Angus Andrew. Y sin embargo, la primera canción que han dado a conocer de Mess, a publicar en marzo, transita por los territorios caótico-electrónicos de WIXIW.

No es el único guiño a momentos estelares de su discografía. El estribillo en falsete convierte a la canción en prima lejana de la angustiada Plaster casts of everything, aunque no herede su carácter amenazante ni su tensión enfermiza. Parecidos razonables aparte, Mess on a mission es una nueva genialidad de este atípico trío neoyorquino empeñado en romper nuestras expectativas a cada lanzamiento.

Disco de la semana

Bruce Springsteen: High Hopes

High HopesBruce Springsteen fichó a Tom Morello para los diez conciertos australianos de la gira de Wrecking Ball, ocupado como estaba Steven Van Zandt en la serie televisiva Lilyhammer, y no tardó en caer rendido bajo el influjo del guitarrista de Rage against the machine. Su enamoramiento, que los fans ven con bastante más preocupación, es el motor de este frankenstein sonoro compuesto por descartes -que en su mayoría lo fueron por algo-, reinterpretaciones de viejas canciones y versiones de otros grupos. El conjunto oscila entre lo curioso y lo desconcertante, pero raramente alcanza lo memorable.

A la primera categoría se adscriben su versión del Dream baby dream de Suicide o This is your sword, que abunda en las sonoridades irlandesas a las que se ha abonado el Boss en tiempos recientes. Mucho más inexplicable es que Springsteen asista impertérrito a la demolición de un tema tan inmortal como The ghost of Tom Joad a manos de un Morello ebrio de metal y de solos pajilleros a lo Riche Sambora.

Afortunadamente hay aquí material para borrarnos el disgusto, como ese Harry´s place, que inexplicablemente se quedó fuera de The rising y que nos permite volver a emocionarnos con el saxo y el teclado de los tristemente fallecidos Clarence Clemons y Danny Federici. También puntúan al alza la impoluta versión de American skin (41 shots), que Springsteen ya venía recuperando en directo últimamente y que apenas presenta cambios frente a la versión original, o el enérgico single High Hopes, que ya loamos por aquí en su momento.

Clásico de la semana

Sparks: Kimono my house

Kimono my houseHastiados por los sonidos folkies que predominaban en su Los Ángeles natal, Ron y Russell Mael parecían condenados al ostracismo con su pop excéntrico y mayestático. Su suerte parecía estar echada, pero en un afortunado giro de los acontecimientos decidieron trasladarse a Londres en 1973, como explican en su entrevista para el número 323 de la revista Rockdelux. “Era la escena hacia la que gravitábamos cuando estábamos en LA: la sensibilidad, la música, la ideología...La oferta de Island fue como un sueño”. Kimono my house fue un formidable éxito comercial porque su pop literario, mutante y cabaretero encajaba como un guante con la fiebre glam que se había desatado en toda Europa.

Buena parte de culpa la tuvo el single This town ain´t big enough for the both of us, una alocada fantasía en falsete que en cierta medida anticipa el Bohemian Rhapsody de Queen, y que enloqueció a un joven Morrissey, como se puede leer en la carta que escribió al New Musical Express: “Hoy compré el disco del año. Cada canción es brillante, aunque debo nombrar Equator, Complaints, Amateur hour y Here in heaven como las mejores canciones en ese orden”.

Las excelencias de Kimono my house tampoco le pasaron inadvertidas a David Bowie o Kurt Cobain, que lo consideraba uno de sus discos favoritos de todos los tiempos. Otros dúos electrónicos como Pet Shop Boys y nuestros Hidrogenesse tambien tomaron buena nota de la receta musical de Sparks y su disposición escénica en directo.

Vídeo de la semana

We are scientists: Dumb luck

Dumb luckEl nuevo vídeo de We are scientists, Dumb luck, parece dirigido tras una resaca de películas de la Troma: una colección de escenas aparentemente triviales y seguras que acaban con profusión de sangre y vísceras desparramadas en la calle. Lógicamente, no es un vídeo nada recomendable si estás trabajando, comiendo o tienes el estómago algo sensible. Para todos los demás, Dumb luck es una gamberrada simpática que certifica algunas cosas que ya sospechábamos: el ejercicio puede ser realmente malo para la salud y las chapuzas domésticas pueden degenerar en descuartizamiento a poco que nos despistemos. Ojo a la coda final del vídeo, protagonizada por niño y globo, que riza el rizo de lo gore.

Concierto de la semana

Depeche Mode

Con casi 35 años de carrera a sus espaldas, parece improbable que los de Basildon vuelvan a las cotas de excelencia creativa de Violator o Songs of Faith and Devotion, pero no han dejado de mostrar chispazos de intermitente genialidad, como demuestra este dignísimo Delta Machine, acaso su mejor disco de la última década. Lo que no se puede discutir es que en directo son prácticamente infalibles, a pesar de que en las últimas giras no han variado demasiado ni el set-list ni el diseño de su retro-futurista escenario.

Bien lo saben los fans de Barcelona, donde actúan hoy, o los madrileños, que les recibirán con los brazos abiertos y todas las entradas vendidas el 17 y 18. No sabemos cuándo será la última vez que veremos a Dave Gahan empuñar el micrófono con esa sensualidad de animal escénico, pero no parece que queden muchas. Por si acaso, volveremos a asistir encantados a sus hipnóticas, adictivas y memorables celebraciones negras.

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