La restricción argentina amenaza el impulso portuario uruguayo y complica la relación bilateral

Una restricción comercial argentina que pone en riesgo el impulso portuario uruguayo se ha sumado a las nuevas diferencias sobre la fábrica de papel en territorio de Uruguay fronterizo con Argentina y complica aún más la siempre tortuosa relación bilateral.

El auge del Puerto de Montevideo fue destacado en un reciente informe de la Cepal que alertaba, sin embargo, de la desaceleración de la actividad de los puertos de América Latina por la pérdida de dinamismo de las exportaciones y las perspectivas de menor crecimiento de la economía mundial.

Dicho estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) lamentaba la tímida subida promedio del 2 % en las operaciones de las terminales de la región durante la primera mitad del año.

En cambio, el Puerto de Montevideo se situaba a la cabeza entre los grandes con un alza del 28 % en ese semestre respecto al mismo período de 2012.

Las expectativas que apuntan esos resultados podrían torcerse con una resolución dictada la semana pasada por la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables argentina que repercute en el ámbito del Mercosur, el bloque comercial formado por esos dos países, Brasil, Paraguay y Venezuela.

La resolución prohíbe que las cargas de exportación con origen en puertos argentinos sean transbordadas en países que no “mantengan vigentes acuerdos de transporte marítimo de cargas”, categoría que por el momento solo incluye a Brasil.

El Centro de Navegación del Uruguay (Cennave), que aglutina a 73 empresas de transporte marítimo del país, calificó de “grave” e “irracional” la restricción, que podría afectar a por lo menos el 25 % del tráfico de mercancías en el Puerto de Montevideo y causar pérdidas por 100 millones de dólares al año.

Actualmente Uruguay recibe muchos buques de mediano porte procedentes de distintos puntos de Argentina en el puerto montevideano y sus mercancías son descargadas allí para ser embarcadas en otros mayores que lo exportan a la región y otras partes del globo.

A su vez, el presidente uruguayo José Mujica ironizó sobre el hecho de que Buenos Aires haya tomado la resolución justo después de que su Gobierno autorizara el aumento de producción de la planta de celulosa de la empresa finlandesa UPM, instalada a orillas del río Uruguay, frontera natural con Argentina.

La fábrica papelera causó en la segunda mitad de la década pasada el mayor conflicto diplomático en décadas entre ambos países, ya que Argentina discutía el derecho de Uruguay a instalarla y recurrió al Tribunal de Justicia de la Haya.

Esta vez Mujica fue a un poco más lejos al señalar que las medidas unilaterales argentinas “perjudican la integración y hacen añicos el Mercosur”.

El mandatario reconoció que su país “tiene mucho para perder” con políticas de confrontación porque es “pequeño”, aunque también advirtió de las consecuencias para Argentina con el argumento de que “la política de confrontación va a herir a la región”.

Según el Cennave, unos 200.000 contenedores van a dejar de circular cada año por esa terminal debido a la restricción argentina.

Pero las críticas a la medida llegan también de la otra orilla del Río de La Plata, donde la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) ha solicitado al Gobierno que se retracte de una medida que considera “inconveniente”.

Además, varios juristas argentinos opinaron en el diario La Nación que infringe el Tratado de Asunción, constitutivo del Mercosur al restringir la circulación de bienes.

De nuevo en Montevideo, el exministro de Exteriores de Uruguay Didier Opertti instó al Gobierno nacional a pedir una reunión del Consejo Mercado Común del Mercosur, o recurrir directamente al Tribunal Permanente de Revisión o a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

A su vez, el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, consideró que “algunos sectores están muy afectados y las exportaciones a Argentina han venido bajando progresivamente”.

Raúl Cortés