Correa critica las “estupideces” de Trump y la “traición” de Temer

El expresidente de Ecuador Rafael Correa opinó hoy que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “ha batido el récord de estupideces” y que el de Brasil, Michel Temer, representa la “traición” política.

En una entrevista con Efe en Montevideo, Correa consideró que “es difícil” encontrar un ejemplo parecido a Trump y que lamentablemente se trata del presidente “de la potencia más grande de la historia de la Humanidad”.

Sobre el mandatario de Brasil, Correa recalcó que “la traición va a cambiar de nombre” y “se va a llamar de ahora en adelante Temer”, en relación al jefe de Estado brasileño.

“¡Qué tipo, por tener dos años de poder cómo condena a sus futuras generaciones a la vergüenza, qué descarada traición!”, enfatizó Correa, quien presidió Ecuador entre 2007 y 2017.

El expresidente ecuatoriano enumeró, dentro de lo que él calificó de estupideces de Trump, el muro que el presidente estadounidense quiere construir en la frontera con México para evitar la inmigración, el retroceso en el deshielo con Cuba y la salida de Estados Unidos del Acuerdo por el Clima de París.

“¡Como si la inmigración se evitara con un muro! La inmigración se para con prosperidad, con paz, etc. Pero quiere construir un muro y que lo paguen los mexicanos, ¡la prepotencia!, exclamó Correa.

Respecto a las relaciones de la potencia norteamericana con Cuba, indicó que Trump “retrocedió todo lo que se había avanzado”, pese a que lo que está ocasionando el bloqueo en esa isla “es impresentable a nivel derecho internacional”, opinó.

El ex jefe de Estado ecuatoriano consideró que estas políticas, junto con la retirada del Acuerdo de París, son “cosas extremadamente graves” que constituyen “expresiones tan elementales de la derecha más cavernaria y más arcaica que fortalecen a los procesos de izquierda”.

Señaló que los gobiernos progresistas de América Latina de comienzos del siglo XXI fueron “una reacción contra las políticas elementales y primarias” del entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush (2001-2009).

“Y Bush era todo un intelectual al lado de Trump”, opinó Correa, quien augura otra reacción de la región latinoamericana en favor de Gobiernos de izquierdas en sus países contra el efecto causado por el mandatario estadounidense.

Las decisiones de Trump “también le hacen mucho daño a la propia derecha porque la desubica”, opinó Correa, al situarse el presidente norteamericano en favor del proteccionismo y contra el libre comercio.

“El mundo está patas arriba. Trump desubicó a la derecha y ahora la derecha tiene que tomar como inspiración a China, que es el país que más impulsa la globalización, mientras que la derecha de Estados Unidos ahora potencia el proteccionismo”, declaró.

El impulsor de la llamada “Revolución Ciudadana” vislumbra en la actualidad una derecha regional que se articula en los monopolios que conforman los medios de comunicación nacionales e internacionales, que en su opinión consiguen que la población vote en contra de sus intereses y en favor de los de la elite.

“Un ejemplo lo hemos visto en Brasil, donde el golpe contra (la expresidenta) Dilma Rousseff fue un golpe mediático”, comentó Correa.

En este sentido, el exmandatario ecuatoriano consideró que al actual Gobierno de Brasil que preside Michel Temer solo lo sostienen los grupos económicos y la prensa y que no tiene ningún apoyo popular y que ese país constituye “una de las grandes posibilidades de que regrese un Gobierno progresista en la región”.

En cuanto al mapa político de América Latina indicó que la región ha retrocedido si se la compara con la situación de 2009, cuando de 10 países de Suramérica ocho tenían Gobiernos de izquierda y precisó que, no obstante,si se toma la instantánea de 1998, “cuando había una total prevalencia del neoliberalismo”, la situación “está mucho mejor”.

En ese sentido, consideró “un punto de quiebre” la elección del candidato oficialista Lenín Moreno como nuevo presidente en Ecuador y la comparó con la batalla de Stalingrado, “que fue la que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial”, en referencia a las posibilidades de que la región pueda cambiar de signo.

“No nos consideramos ejemplo de nada pero ojalá la experiencia ecuatoriana pueda servir a otros procesos”, expresó.