El PP vuelve a mirar al regionalismo para ganar poder autonómico
La apertura de negociaciones para que el Partido Popular entre en el Gobierno autonómico de las Islas Canarias junto a Coalición Canaria o el llamamiento de PP asturiano al partido Foro Asturias con el objetivo de armar una coalición para las elecciones autonómicas de 2019 conforma un nuevo espacio de confluencias en la derecha entre los populares y partidos regionalistas.
El objetivo de esta dinámica es acercarse a la ciudadanía de cada región, recuperar poder autonómico, consolidar apoyos para negociaciones tanto en el ámbito autonómico como a nivel nacional y como recogía la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández: “Tendremos que hacer lo que más interese a ambas formaciones y lo que nos vaya mejor para desbancar al PSOE”.
El Partido Popular ya tiene acuerdos con partidos regionalistas que ahora pretende ampliar. En Aragón se presentaron en coalición a las elecciones generales con el Partido Aragonés Regionalista, con el que sellaron un acuerdo de apoyo a los presupuestos. En Navarra, tienen un acuerdo similar con Unión del Pueblo Navarro, al igual que en el Principado, con Foro Asturias. Ahora toca desarrollar esas buenas relaciones para alcanzar el poder en cada territorio.
En la formación conservadora se ha asumido la realidad de la pérdida de Ejecutivos autonómicos tras las últimas elecciones y la minoría parlamentaria, por lo que se se trabaja partiendo de la premisa que repite todas las semanas el ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, de que estamos en “la legislatura del diálogo”.
Uno de los ejemplos que utiliza Mariano Rajoy para quitarse el sambenito de la falta de entendimiento con el resto de las formaciones y la incapacidad del diálogo con el que le atacan los partidos independentistas catalanes es el acuerdo presupuestario cerrado con siete grupos: Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria, Foro Asturias, Unión del Pueblo Navarro, Partido Aragonés Regionalista y Nueva Canarias.
Este acuerdo presupuestario ha deslizado la posibilidad de la entrada del Partido Popular en el Gobierno canario junto a Coalición Canaria. La entrada de los populares afianzaría las relaciones entre ambas formaciones y como explicó el presidente del PP canario, Asier Antona, serviría para “fortalecer y apuntalar la estabilidad” del Ejecutivo en minoría de Fernando Clavijo. Aunque algunas voces dentro del Partido Popular han dudado de las ventajas políticas en esta Comunidad por participar en el Gobierno, la alianza facilitaría el apoyo de Coalición Canaria en futuras negociaciones presupuestarias del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
“Caso a caso”
El vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, admite que se analizarán las opciones “caso por caso, según la propuesta que se origine en cada sitio pero no responde a una política general”. En este sentido, un dirigente regional del PP puntualiza que los posibles acuerdos tienen que pasar por Génova. “Aunque el PP es uno de los partidos más descentralizado de España, no se puede dar la imagen que vemos en el resto de los partidos de líos continuos y desorden. No se puede tener un discurso en la Dirección Nacional y otro fuera, por lo que cualquier acercamiento se hace en sintonía con Génova”, explica el barón regional.
Frente a los pactos que han cerrado con Ciudadanos, algunos dirigentes populares prefieren llegar a acuerdos con fuerzas regionalistas ante la escasa confianza que provocan “los vaivenes y las puñaladas por la espalda” de la formación de Albert Rivera, según confiesa un dirigente regional. En este sentido, la presidenta ha llegado a poner en duda el acuerdo de investidura de su formación con Ciudadanos ante el azote continuo que la formación naranja aplica como estrategia de oposición frente a los populares madrileños.
Este viraje no obedece solo a la necesidad de contar con más apoyos externos, también han aparecido figuras que han recuperado el carácter regionalista de la formación conservadora. Tras los últimos congresos regionales del PP celebrados en 2017 se ha vuelto a elevar el tono regionalista en las nuevas direcciones de los partidos en autonomías como la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares o Aragón.
Si los presupuestos habían servido para apoyar el discurso de mano tendida del Ejecutivo de Rajoy, también se vislumbró el reverso de la moneda. La respuesta al independentismo catalán vía inversiones más la necesaria geometría variable diseñada por el Gobierno con Ciudadanos, vascos y canarios para paliar la minoría en el Congreso que le permita aprobar los Presupuestos provocó una ola de incomprensión ante las partidas inversoras en otras comunidades autónomas, donde destacó el rechazo de los barones de Galicia, Aragón y, especialmente, la Comunidad Valenciana. Génova tuvo que pegar un puñetazo en la mesa para acallar las voces más críticas como la de la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig.
“Regionalismo bien entendido”
En el caso de Baleares, ha habido una auténtica confrontación entre un sector españolista, liderado por José Ramón Bauzá, y otro regionalista que resultó vencedor tras las primarias del Congreso Regional. La presidencia ha recaído en Biel Company, que se presentó bajo la tutela del expresidente y fundador del Partido Popular en Baleares, Gabriel Cañellas, defensor del “regionalismo conservador bien entendido”.
En el PP siempre ha habido una pulsión interna respecto a los regionalismos que ha variado según las personalidades que estaban al frente del partido y el resultado electoral: con mayoría absoluta la fuerza centrípeta que otorgaba el poder en Moncloa diluía la visión regionalista.
“Se puede ser galleguista sin ser nacionalista, que es una traición a España y a la Constitución”, argumentaba Manuel Fraga en 2008. Años después los estatutos de los populares gallegos que se aprobaron en su XV congreso incluyeron “el galleguismo de Fraga como referente del partido”. En 2017 el “regionalismo bien entendido” vuelve al PP.
