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“Sin derechos no hay democracia, y Grecia ha demostrado que hay alternativa”

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el responsable de relaciones internacionales de Podemos, Pablo Bustinduy.

Andrés Gil

Atenas —

Pablo Bustinduy es el responsable de relaciones internacionales de Podemos. Miembro del Consejo Ciudadano estatal, trabaja estrechamente en Bruselas con el secretario general del partido, Pablo Iglesias, a quien acompaña a sus desplazamientos fuera de España. Llegó con Iglesias el jueves pasado a Atenas para el mitin central de Alexis Tsipras y ha vivido de cerca el cierre de campaña de Syriza y la noche electoral.

Alexis Tsipras ha reclamado en los últimos días de campaña una mayoría absoluta que no ha logrado. ¿Hasta qué punto puede lastrar su proyecto?

La mayoría absoluta era una variable fundamental, pero la victoria ha sido clara, contundente, nítida, con un mensaje evidente: hay alternativa después de un ciclo largo de austeridad, secuestro y estrechamiento político y de la democracia por Nueva Democracia y Pasok, o por PP y PSOE. Sin derechos no hay democracia, sin economía para la gente no hay democracia.

¿Efecto dominó?

Ya está sucediendo. La campaña del miedo ya no funciona. Se ha dado un mandato constructivo y de derechos. Ya se sabe que el problema no es Tsipras, sino la austeridad, la recesión, el desempleo, la pobreza infantil. Se va a mover ese escenario generado por las políticas estructurales. Y será en beneficio de toda Europa.

¿Habrá reacción?

Hay que ver qué hacen los poderes fácticos. Hay que ver, y no es descartable, pero lo dudo. Los problemas son tan graves y estructurales que toda Europa se está moviendo, en el Reino Unido, en Francia, en Grecia. A nadie le conviene el ataque al Gobierno griego. Los problemas de los que hablamos son políticos, los problemas de deuda, de crecimiento, de pobreza... Son todos políticos. Del mismo modo que es político que existan más actores, y que se reclamen los valores de solidaridad, paz... En contraposición con el neonazismo y la violencia totalitaria, como es el caso que representa Marine Le Pen en Francia, por ejemplo.

¿Existe algún paralelismo entre Podemos y Syriza?

Compartimos diagnósticos y objetivos, pero la situación política y económica es diferente. España es la cuarta economía de la Unión Europea, y el PIB de Grecia representa el 2% del de la Unión. En Grecia han gobernado mano a mano el Pasok y Nueva Democracia, mientras que en España la gran coalición no es tan formal. Tampoco en España hemos tenido la intervención económica que ha tenido Grecia. A veces se hacen análisis muy superficiales sobre esto. Lo que nosotros decimos es que nadie nos va a hacer los deberes por nosotros, nadie va a decidir por nosotros. El proceso tiene sus tiempos y sus prácticas, y no son los mismos en Grecia que en España, sería irreal verlo de esa manera.

Podemos ha acompañado a Syriza estos días, al igual que los partidos del PIE; Iglesias ha intervenido en el mitin central de Tsipras, que es vicepresidente del PIE. ¿Tiene previsto Podemos entrar en el PIE de la misma manera que forma parte del GUE?

No hemos tomado una decisión formal sobre este asunto. La opinión que se marcó fue guardar cierta distancia. No es un espacio político en el que consideremos entrar. Hay lógicas diferentes entre formar parte de un grupo parlamentario y un partido internacional.

¿Tendrá alguna influencia electoral en Podemos la victoria de Syriza?

Es difícil. La política exterior ha pesado poco históricamente en los resultados internos. Pero hay simbolismos poderosos: se ha demostrado que sí se puede, que hay alternativa, que se pueden ganar las elecciones. Es el mensaje que queremos trasladar en la movilización del 31 de enero, que ha habido gente que no ha entendido bien: queremos decir que sí se puede, que queremos un país diferente, que basta de apatía, que nos movilizamos por un país mejor, por su democratización, y lo que ha pasado este domingo en Grecia refuerza este mensaje.

El domingo por la tarde seguíamos los resultados electorales con miembros más mayores del buró político de Syriza que lloraban de la emoción cuando se acordaban de los compañeros que han vivido la dictadura y no han podido ver con sus ojos esta victoria. Es histórico.

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