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Dos nuevas imputaciones por el caso Gürtel a 24 horas de la primera visita de Rajoy tras las elecciones

Francisco Camps y Mariano Rajoy, en la plaza de toros de Valencia. / AP / Gtresonline

Voro Maroto

Valencia —

Mariano Rajoy no visita a sus correligionarios del PP en la Comunidad Valenciana desde noviembre de 2011, cuando protagonizó un acto electoral, con la intención no declarada de no verse relacionado –ni fotografiado– con una formación con el 20% de sus diputados imputados por casos relacionados con la corrupción.

El sábado, sin embargo, el presidente del Gobierno estará en Peñíscola (Castellón) para clausurar la Convención Política del PP en la Comunidad Valenciana. Dos nuevas imputaciones por el caso Gürtel le darán la bienvenida. El Tribunal Superior de Justicia acaba de imputar a David Serra y Niurka Montalvo, exsecretarios autonómicos de deportes, por adjudicar contratos a Orange Market y otras sociedades de la trama corrupta.

Serra, que ya estaba imputado en otras piezas de la investigación, es diputado regional y fue vicesecretario de organización del PP valenciano, donde era la mano derecha de Ricardo Costa, otro imputado en el caso. Tanto su imputación como la de Montalvo, una exatleta de élite, están relacionadas con la gestión del Open de Tenis de Valencia de 2006 y 2007 y el Circuito de Golf de 2008.

Como en tantas otras adjudicaciones públicas, el juez cree que varias empresas de la trama Gürtel pudieron ser beneficiadas con contratos que no respetaban los procedimientos legales previstos y en los que incluso pudo haber contraprestaciones irregulares. El caso Gürtel, según estimaciones basadas en el sumario central del caso que se instruye en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pueden haber costado cerca de 120 millones de euros al contribuyente.

Rajoy huye de su granero de votos

Ante este panorama, no extraña que Rajoy eluda a la Comunidad Valenciana, aunque este territorio fue el segundo con más votos al PP en las elecciones generales de 2011 (casi 1.400.000 apoyos) sólo superado por Madrid (1.700.000). De hecho, el presidente, un habitual de la zona durante casi toda su carrera política, sólo ha visitado una vez Valencia desde que vive en La Moncloa. Fue en noviembre de 2012, cuando presidió el II Congreso Nacional de Directivos de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

En esa visita, apenas tuvo contacto con la cúpula de su partido en la Comunidad Valenciana, un hecho que Rajoy ha convertido en norma. Francisco Camps, expresidente de la Generalitat, había caído en desgracia por su enjuiciamiento por el caso de los trajes. La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, está imputada y su homóloga de Valencia, la histórica Rita Barberá, podría estarlo pronto por su supuesta implicación en el caso Nóos.

Incluso el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, tendrá que declarar pronto ante el juez por su vinculación con uno de los innumerables flecos de la trama Gürtel en la Comunidad Valenciana, lo que ha forzado a cambiar la sede de la convención política de la capital de la ciudad de Castellón a Peñíscola.

Se levanta la cuarentena

Rajoy no quiere fotos incómodas, ni con Bataller ni con nadie relacionado con casos de corrupción. El acto se está preparando al milímetro y parece incluso descartado que Barberá, valedora de Rajoy cuando este estaba cuestionado por su partido y la derecha mediática en 2008, suba al atril para arengar a las bases del PP en la Comunidad Valenciana.

Pese a todo, Rajoy ha levantado la cuarentena a la Comunidad Valenciana. El PP local ha reclamado cariño con insistencia al presidente del Gobierno. “Valencia y la Comunidad Valenciana son un activo electoral del partido que hay que cuidar”, clamó Barberá durante la conmemoración del primer aniversario de Alberto Fabra al frente del Gobierno valenciano.

De hecho, con la Generalitat al borde de la bancarrota (casi 30.000 millones de deuda) y las cuentas en total descontrol (2012 se cerró con un déficit del 3,45%, el mayor de todas las autonomías) Fabra y sus acólitos creen que sólo una mejora de la financiación autonómica evitará el descalabro del partido en las elecciones de 2015.

Ni Rajoy ni su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, atienden las peticiones de mayores fondos de su partido en la Comunidad Valenciana. A falta de dinero, al menos, parece que el presidente del Gobierno transmitirá un poco de apego. El PP valenciano da disgustos pero también muchos votos.

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