La Paz y El Alto se embellecen para recibir a Francisco

Las ciudades bolivianas de La Paz y El Alto, situadas a 3.600 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, respectivamente, alistan sus mejores galas para recibir la próxima semana al papa Francisco, el segundo pontífice que llegará a Bolivia 27 años después de la visita de Juan Pablo II en 1988.

Debido a la altitud en que se encuentran, Francisco tendrá una estancia de apenas cuatro horas el 8 de julio en las dos ciudades andinas, antes de dirigirse a Santa Cruz (este), situada a 400 metros de altitud, que visitará hasta el día 10.

Murales y pancartas gigantescas con imágenes del papa, jardineras con diseños especiales, limpiezas a fondo en calles y algunos edificios y reparaciones de las rutas que recorrerá el pontífice son parte de los preparativos en los que trabajan sin tregua desde hace algunas semanas los obreros municipales de ambas urbes.

En El Alto, la ciudad donde el sumo pontífice comenzará su periplo por Bolivia, la alcaldía presentó un mural en la zona de “La Ceja”, por donde pasará Francisco en su descenso hacia La Paz.

El mural, que incluye la imagen de Francisco, un paisaje de las montañas andinas y una oración, fue pintado por los trabajadores municipales William Luna y Guillermo Rodríguez.

La alcaldía alteña también limpia el llamado “Campus Pan de Vida”, un espacio de 20 hectáreas habilitado en terrenos de la Fuerza Aérea cerca del aeropuerto, donde se prevé la asistencia de miles de personas para saludar al sumo pontífice.

Francisco recorrerá después los 11,7 kilómetros de la autopista que conecta El Alto con La Paz, donde desde hace días cuadrillas de obreros trabajan para retirar la maleza, basura, los escombros y para reparar los baches.

El lunes fue intervenido el lugar denominado la “Curva del Diablo”, un espacio en la autopista donde los devotos del llamado “Tío Lucifer” practican rituales para pedirle favores, aunque allí también los aimaras hacen ofrendas a deidades andinas.

Ante el anuncio de las autoridades de que el precario altar que había en el lugar iba a ser removido, apareció una organización denominada “Waka Katari”, que defiende que el sitio es en realidad una “waka” (un lugar considerado sagrado en la cultura andina).

Con cierto recelo, los integrantes de ese grupo ayudaron esta semana a los obreros municipales a retirar los restos de velas y otros elementos usados en los rituales, y accedieron a suspenderlos hasta después de que culmine la visita de Francisco.

Algunos kilómetros más abajo, los obreros preparan un mural floral en el lugar donde el papa parará por unos minutos para homenajear al jesuita español Luis Espinal Camps, asesinado por paramilitares en 1980, por su protagonismo en causas sociales y denuncias contra las Fuerzas Armadas que preparaban un golpe.

El sitio elegido para los honores es la entrada hacia el llamado Plan Autopista, desde donde todos los años parten las caminatas en homenaje al jesuita hasta el barrio donde fue hallado su cuerpo el 22 de marzo de 1980.

Casi al final de la autopista, cinco artistas y 40 voluntarios pintan a contrarreloj desde el viernes un mural de 40 metros de largo por 2,70 de alto por encargo del municipio de La Paz, que llevará el mensaje “Francisco ilumina nuestro camino”.

Ya en el ingreso al usualmente caótico centro paceño, la alcaldía limpió otro mural que existía en el lugar y en la jardinera a sus pies formó con flores el mensaje “Francisco, bienvenido a La Paz”.

El recorrido del pontífice concluirá en la plaza Murillo, la sede de los órganos Ejecutivo y Legislativo donde, además, se encuentra la centenaria Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Paz, cuya fachada es remozada por la Escuela Taller de Artes.

Desde hace dos semanas, los alumnos de esa escuela lavan los muros de piedra de la catedral para retirar el polvo y los excrementos de palomas que los cubrían y limpian sus puertas.

“El trabajo más fuerte que se está haciendo es la recuperación y puesta en valor de las puertas. Las puertas principales son tres, hechas en bronce y han sido traídas de Argentina”, indicó a Efe el director de la escuela, Rolando Saravia.

El trabajo consiste en retirar cuidadosamente las tres capas de pintura que tenían los portones para realzar el color natural del bronce y que se puedan apreciar mejor los detalles de las escenas fundidas en el metal.

En el paisaje paceño predominan las casas de ladrillo, por lo que el municipio ha ofrecido descuentos tributarios como incentivo para que los habitantes mejoren las fachadas de sus viviendas. Gina Baldivieso