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La ropa “inteligente” y la cocina, dos retos de futuro de las aplicaciones

La ropa "inteligente" y la cocina, dos retos de futuro de las aplicaciones

EFE

Logroño —

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La ropa “inteligente” y la gastronomía son dos retos de futuro para las nuevas aplicaciones tecnológicas ya que tras años de avance más lento, la industria ha entrado de lleno en estos campos para aprovechar todas sus posibilidades a través de dispositivos electrónicos.

Esta es una de las conclusiones de la jornada “The App Date” que se ha celebrado hoy en Logroño organizada por la empresa riojana “Get-App” en colaboración con la Universidad Internacional de La Rioja y con el Gobierno riojano.

Durante la jornada diferentes empresas han dado a conocer algunas aplicaciones recién lanzadas al mercado, en áreas como la agricultura, la medicina o la geolocalización.

Sin embargo, las más novedosas han correspondido a la moda y a la gastronomía.

Por un lado la española Elena Corchero, que es ingeniera y diseñadora, ha presentado su colección de prendas, juguetes y joyas “inteligentes”.

Corchero afincada en Londres desde hace años ha trabajado en diferentes proyectos para mostrar las aplicaciones que la tecnología puede tener en la moda.

Esta creadora canaria diseñó trajes eléctricos para la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres; ha creado para Hugo Boss un traje capaz de iluminarse; y trabaja en ese mismo campo para otras firmas de alta costura.

No se trata solo, ha explicado, de equipar a la ropa con dispositivos, sino de que estos incorporen funciones por sí solos; es decir, que se iluminen según el estado de animo de quien la lleva; que reaccionen cuando se recibe un mensaje en el teléfono o que sean capaces de reflejar la luz de los coches.

“La moda va mucho más lenta que otros campos en la incorporación de tecnología”, reconoce, porque “el problema no es crear las prendas, sino producirlas de forma industrial”, pero en lo que sí se ha avanzado es “en encontrar materiales que aportan novedades en sí mismos y que se pueden lavar”, ha detallado.

Ella misma, como creadora, ha desarrollado una bufanda de apariencia normal pero que refleja la luz, con lo que “puede salvar vidas” y “se vende mucho para los ciclistas”.

Y, a la vez, ha creado una joya en forma de collar, con un líquido magnético que reacciona cuando alguien utiliza en Twitter el tema que ha elegido el propietario.

Además, ha diseñado un “kit” para que “especialmente las niñas” creen un peluche que se ilumina y eso les lleve a “interesarse por la ingeniería electrónica” ya que “se ha comprobado que hay muy pocas mujeres en ese campo, quizás porque desde muy pequeñas no se les explica que pueden divertirse haciendo estas cosas”.

En ese caso, o en el de prendas que miden las constantes vitales, “el problema para su producción industrial está en las conexiones, que pueden estropearse con el sudor o al mojarse” y “sobre todo, con las baterías, que duran muy poco”.

Por ello, el desarrollo de prensas inteligentes, “weareable”, en inglés, está unido a otros campos de investigación “como el recargar baterías a través de la glucosa del cuerpo humano”, ha detallado.

En la jornada ha participado también el cocinero Jesús Ramiro, que tiene una estrella Michelín y que aprendió cocina “de una forma totalmente tradicional” pero cree que “nadie puede oponerse a que las cosas evolucionen también en la gastronomía”.

Ramiro ha sido un usuario más de las “google glass”, las gafas “inteligentes” con las que ha transmitido a todos los usuarios que se hayan conectado cómo hacía una receta.

Es decir, ha relatado, no se trata de cambiar ningún concepto gastronómico sino de “evolucionar” en la forma de comunicación.

“Si alguien no quiere estar leyendo o pasar páginas mientras cocinas, estas gafas te da una libertad absoluta”, ha relatado, al tiempo que reconocía que “hace años no hubiese creído que esta posibilidad iba a existir”.

Eduardo Palacios

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