Xian, mucho más que los célebres guerreros de terracota

Murallas y rascacielos de Xian. Edward Stojakovic

Viajar Ahora

Antes de que se descubrieran los guerreros de terracota, Xian era un destino reservado a viajeros mitómanos. La vieja Changan fue la primera capital de la China unificada y, durante muchos siglos, última parada y punto de partida de la mítica Ruta de la Seda. Esta era la meta de las caravanas de mercaderes que desde el Mediterráneo unieron el por aquel entonces mundo conocido transportando especias, sedas, porcelanas y, sobre todo, ideas, historias y relatos de maravillas que se contaban en los palacios de una Europa aún somnolienta de los ‘ años oscuros’ (Edad Media). Quedan muchas huellas de ese pasado glorioso, pero la gran mayoría de los viajeros que llegan hasta esta ciudad de más de tres millones de habitantes está apenas unas horas: visita el Mausoleo Qin Shi Huang con sus, da un paseo por la ciudad y se van. Y es una pena, porque Xian da para mucho más.

Lo ideal es dedicar al menos dos días: uno para tratar de conocer lo más importante de la ciudad y otro para ir al Mausoleo famosos guerreros de terracota y explorar algunos de los lugares que se encuentran cerca de una de las tumbas más famosas del mundo. Otro día más no sobra, ni mucho menos. Pero teniendo en cuenta que China es un gigante desmesurado que requiere de muchísimos días, es raro que los viajeros y viajeras que se acercan hasta aquí dediquen más de 48 horas a la que fue, durante muchos siglos, la ciudad más importante de China. Por eso vamos a ser escuetos con un listado de lo que hay que ver en Xian y no debes perderte para irte con un par de fotos más que la de los célebres soldados de arcilla.

La ciudad muros adentro

La Muralla de Xian es la más grande y mejor conservada de las fortificaciones urbanas del país. El actual sistema de muros, puertas y torres data del siglo XV aunque se construyó sobre fortificaciones anteriores. El muro tiene un perímetro de 14 kilómetros y una anchura que en algunos tramos supera los 20 metros. Por eso una de las mejores maneras de recorrer todo el perímetro es alquilar una bicicleta y darle a los pedales un par de horas. Lo ideal es hacerlo cuando cae la tarde y que te pille el encendido de las luces en el muro. Es un verdadero espectáculo; las cuatro grandes entradas (bautizadas como cada uno de los puntos cardinales) se iluminan de manera espectacular (un poco excesivo para ser un monumento histórico) y una interminable hilera de farolillos rojos marcan el camino rectangular de los muros. Para ver la muralla desde abajo, nada mejor que un paseo por el enorme parque que recorre el lienzo noroeste del muro.

Ya muros adentro, el principal atractivo de casco histórico es el Barrio Medieval, que ocupa el sector noroccidental de la ciudad vieja. Es la ‘medina’ más grande de China y también la mejor opción para probar sabrosa comida callejera y comprar artesanía. Nos sorprendió mucho la Gran Mezquita de Xian (Dirección: Beiyuanmen; Horario: 8.00 – 18.15 -17.15 en invierno-) por su mezcla de estilos y su encaje fantástico en los estándares de la arquitectura china. Esta es, también, una de las mezquitas más grandes del país y también de las más antiguas, ya que se construyó a finales del siglo VIII. Este barrio, repleto de tiendas de artesanía, restaurantes y callejones encantadores, es una consecuencia directa de la Ruta de la Seda, que trajo hasta Xian a multitud de comerciantes de las lejanas tierras del Islam. Lástima que la entrada a la Sala de las Oraciones esté vetada a los no musulmanes (como sucede en Marruecos), porque tiene que ser una pasada. Pero caminar por los jardines es ya todo un regalo. Por la noche, toda la zona se convierte en un gigantesco restaurante callejero formado por cientos de puestos dónde se puede comprar pinchos de casi cualquier cosa. Ideal para cenar dando un paseo.

A dos pasos de la entrada al Barrio Musulmán se encuentra el centro geográfico de la antigua Xian. Y como sucede en otras ciudades chinas, el cruce de las dos calles principales alberga la Torre de la Campana (Acceso por túnel desde la Estación de Beidaje; Horario: 8.00-22.00), una imponente estructura de ladrillo y madera de 36 metros de altura que es una clase magistral de arquitectura tradicional china. Desde lo alto de la Torre de la Campana, mirando hacia el Barrio Musulman nos encontraremos con la Torre del Tambor (Avenida Oeste; Horario: 8.00-22.00), muy parecida a su hermana y, como aquella, encargada de marcar las horas y convocar a la población en caso de peligro. Ambas estructuras datan del siglo XIV y son ejemplos magníficos de la arquitectura china tradicional; una pena que ahora estén medio perdidas entre enormes centros comerciales en los que las grandes marcas occidentales de la moda y el lujo se dan codazos para asentarse y edificios de dudoso gusto.

La modernidad ha invadido China de manera fulminante. Y muchas veces de manera poco respetuosa con un pasado brillante. El centro de Xian, a diferencia de lo que sucede con Pekín y sus maravillosos Hutongs –barrios históricos-, no conserva grandes barrios históricos y los restos de ese pasado glorioso conviven con construcciones modernas. Es una lástima. Pero es lo que hay. Las maravillas como la Pagoda del Gran Ganso Salvaje (Dirección: Yanta W Road; Tel: (+86) 2985 527 958; Horario: LD 8.00 – 17.00), un espectacular templo del siglo VII que fue una de las puntas de lanza de penetración del budismo en China y que cuenta, como principal atractivo, la torre que durante siglos fue un centro de traducción de textos budistas a los diferentes idiomas chinos. El conjunto de templos –entre los que destaca el Templo de la Gracia Maternal- y jardines fue construido por la Dinastía Tang y es una de las grandes maravillas de la ciudad.

La excursión para ver a los guerreros

La mayoría de los viajeros que llegan a Xian vienen por esto. Para ver a los famosos guerreros de terracota que guardan el Mausoleo del primer emperador de la China Mausoleo del primer emperador de la China que se enterró allá por el siglo III antes de Cristo con un verdadero ejército de 8.000 figuras a tamaño natural en las que hay soldados, caballos, carros, armas, provisiones… Todo un alarde de logística militar en arcilla para proteger a Qin Shi Huang Qin Shi Huang , el hombre que unificó China y creo las bases de un imperio vastísimo al mismo tiempo en que Roma apenas empezaba a mirar fuera de la Península Itálica –fue el que empezó a construir la Gran Muralla para contener los ataques de los pueblos del norte-. Hay varias opciones para llegar hasta el complejo arqueológico por tu cuenta (lo que abaratará considerablemente los costos). Justo enfrente de la Estación de Trenes de Xian (junto a la Puerta Norte) hay una explanada de la que salen los buses privados que van hasta el mausoleo. El precio ronda los 2 euros por trayecto.

Hay otra posibilidad (ver mapa). La parada de la línea 306 se encuentra muy cerca y te da la posibilidad de prolongar un poco la excursión y visitar las Termas de Huaqing, un impresionante complejo palaciego construido en torno a unas fuentes termales que sirvió como lugar de retiro y descanso a los miembros de la Dinastía Tang . Una buena idea es empezar el día visitando por la mañana el Mausoleo de Qin Shi Huang y sus guerreros (Horario: 8.30 – 16.30) e ir más tarde a ver las termas (Horario: 7.00 – 19.00), un lugar al que apenas van turistas extranjeros –aunque sí verdaderas riadas de visitantes chinos-. Hay un teleférico que sube hasta la Montaña Li Shan. En la coma hay un espectacular templo taoísta que merece la pena ver.

La aldea más antigua de Asia

Los guerreros de terracota lo eclipsan todo y es normal, porque son algo sencillamente espectacular y digno de verse. Pero cerca de Xian se encuentra un enclave que, desde el punto de vista científico e histórico es aún más importante que el Mausoleo de Qin Shi Huan aunque sólo sea una modesta aldea de cabañas con muros de barro. El Museo de Banpo Museo de Banpo (Dirección: Banpo Road, 1; Tel: (+86) 2983 512 375; Horario: LD 8.00 – 17.00) es el ‘punto cero’ de la civilización china. Y no exageramos. Unas excavaciones arqueológicas dejaron al descubierto la que es, por el momento, la aldea más antigua de Asia con más de 6.500 años de historia a sus espaldas. En el museo pueden verse los cimientos de casas, tumbas y abundantísimo material arqueológico. Una auténtica pasada para amantes de la arqueología y toda una curiosidad para los viajeros curiosos.

Fotos bajo licencia CC: Richard Fisher ; Ian Armstrong ; Mills Baker ; Fabio Achilli ; Robin ; Colin Capelle ; Reibai ; Macchi ; Edward Stojakovic

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