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Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Caciquismo Curbelo

Casimiro Curbelo

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Todo lo que giraba alrededor de Casimiro Curbelo ha encajado siempre a la perfección. Dueño y señor de las instituciones de la isla de La Gomera desde hace casi cuatro décadas, a nadie molestaba ni nadie le molestaba a él. Desde que entró en política, a principios de los 80, estableció a su alrededor un régimen clientelar que pervive en la actualidad y que su partido de siempre, el PSOE, consentía. Tras ser expulsado del Partido Socialista por los enojosos sucesos en un club de alterne y en una comisaría de Policía de Madrid, perdió por completo el sentido de la medida y de los límites éticos del poder. Fundó un partido por y para él, que se llama Agrupación Socialista Gomera (ASG) pero que muy bien podía haberse llamado Caciquismo Curbelo porque eso es lo que con él ejerce: el caciquismo al estilo caribeño más genuino.

Con ASG controla el poder en toda la isla, empezando por el Cabildo y cinco de los seis ayuntamientos. Dispone de tres de los cuatro diputados autonómicos y para su partido es la única plaza de senador que corresponde a La Gomera. Controla, entre otros departamentos gubernamentales, la Consejería de Turismo, con un grueso presupuesto para promoción a través de una empresa pública de laxa fiscalización que dirige él personalmente. Por mandar, hasta manda en el Hospital Insular de la isla, no solo para colocar a la jefa de Enfermería o al jefe de cocina, sino también para imponer el orden de las listas de espera.

El régimen clientelar alcanza a todos los órdenes de la vida en La Gomera. Si buscas un trabajo tienes que pasarte por el Cabildo, que dispone de un amplio catálogo de planes para que todas las personas desempleadas le deban un favor al cacique. Si quieres una beca para irte a estudiar fuera, el Cabildo es tu patrocinador. Si se te rompe definitivamente la lavadora y no tienes dinero para comprar una nueva, la beneficencia de la primera Corporación insular te ayudará económicamente. Y si te mueres, una póliza de defunción correrá con los gastos del entierro, incluidos los traslados si falleces fuera.

Su poder ha alcanzado hasta al único juzgado que hay en la isla, que se ocupa tanto de los asuntos civiles como de los penales, y de entre estos últimos, ha tenido que ver más de una vez con sus intereses. El juez que lo mantuvo contra las cuerdas por el llamado caso Telaraña, en el que resultó imputado por la denuncia de un exsocio que lo acusó directamente de recibir sobornos a cambio de la recalificación de terrenos, terminó a su servicio. Previamente, claro está, archivó las diligencias por falta de pruebas para impresionante cabreo de la Guardia Civil, que siempre sostuvo lo contrario.

La última cacicada de calado fue arrebatar al PSOE la alcaldía de Valle de Gran Rey en 2019, obligando al PSOE a devolvérsela a su partido. Y, cómo no, expulsando y persiguiendo socialmente al alcalde y a la concejala que se votaron a sí mismos. Valle Gran Rey es uno de los enclaves urbanísticos y turísticos más golosos de La Gomera.

A nadie parecía incomodar esta manera de conducirse en una isla para la que Curbelo reclama permanentemente los derechos derivados de la triple insularidad, una suerte de discriminación positiva que compense las desventajas que territorios como La Gomera o El Hierro pueden sufrir por razones derivadas de sus circunstancias socioeconómicas.

Hasta que en 2015 Curbelo se dio cuenta de que tenía las manos libres para pactar con la Coalición Canaria de Fernando Clavijo y reclamar para La Gomera muchas más ventajas de las que hasta entonces podían parecer razonables. Por reclamar, hasta rescató el viejo proyecto de un puerto comercial en Fonsalía (Tenerife) que permitiera reducir los tiempos de la travesía en ferry con su isla, y Coalición Canaria le colgó todas las bendiciones a pesar de las graves objeciones ambientales que, finalmente, han dado al traste con la ocurrencia.

Con Clavijo, Curbelo acabó por creerse que podía ser un agente decisivo en el plano político regional. Y con la victoria del PSOE en 2019 y la imposibilidad de que Coalición Canaria mantuviera el poder, giró hacia el pacto progresista, que ahora abraza como el más razonable, el más conveniente y el único posible. Hasta que sume con otros.

La debilidad del acuerdo que mantiene a Ángel Víctor Torres en la presidencia del Gobierno ha engolfado al cacique Curbelo. Con unos 6.000 votos y tres diputados de 70 en el Parlamento de Canarias, pretende que todo en la Comunidad Autónoma gire a su alrededor, desde la agenda del presidente o del vicepresidente a qué productora tiene que hacer un programa en la televisión pública. No disimula su deseo de poder ser algún día presidente del Gobierno regional, o que en su defecto lo sea alguna persona de la Agrupación Socialista Gomera.

Mientras alcanza ese sueño, Curbelo se permite marcar el paso al PSOE, y no solo lo hace en las reuniones continuas que mantiene con los dirigentes socialistas gubernamentales, sino que también se permite lanzar advertencias en la prensa. La última ha sido decirle a los socialistas que no pueden pactar con Coalición Canaria salvo para lo que él les diga. Por ejemplo, no deben alcanzar un acuerdo gubernamental porque eso supondría que sus tres votos (y los cuatro de Nueva Canarias y los otros cuatro de Podemos) no harían falta. Pero sí deben apoyar a CC en la designación como miembro de la junta de control de la Radio Televisión Canaria del periodista Francisco Pomares, actualmente imputado por un presunto delito de falsificación documental en un juzgado de La Laguna. 

Paradójicamente, Curbelo da respaldo con ese nombre a una operación de Coalición Canaria para que la junta de control de RTVC apruebe todos los formatos de productoras afines a un proyecto de nuevo periódico digital en Tenerife enfocado precisamente a propiciar un “pacto de salvación regional” entre socialistas y nacionalistas, alentado desde el primer día de esta legislatura por un grupo de poderosos empresarios que quieren volver a la mamandurria caribeña de siempre.

Porque es en Tenerife donde flaquea ese pretendido pacto que respaldan las direcciones insulares socialistas de Gran Canaria o Lanzarote, pero que tiene como principales enemigos al nuevo portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Héctor Gómez, o al alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez.

En un escenario de un posible pacto PSOE-CC, Curbelo se quedaría descolocado, de ahí que se haya atrevido incluso a insinuar que estaría dispuesto a regresar al PSOE si fueran proscritos los socialistas gomeros que se atrevieron a oponerse a su proyecto caciquil. Y hasta se atreve a decir que quiere ir en las listas del PSOE las próximas elecciones. Las ensoñaciones de los caciques producen monstruos.

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