Diario Kafka Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Israel amenaza con una guerra en Líbano
Moreno y Rueda piden que el Gobierno busque mayorías para los Presupuestos
Los problemas que no preocupan a los españoles. Opina Rosa María Artal

Triángulo violento televisivo

@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } La violencia como espectáculo aparece como una constante en los informativos televisivos que muestran imágenes registradas por cámaras de seguridad o por la policía. Atracos a supermercados, farmacias o joyerías, alunizajes bestiales en gasolineras, brutales escenas de violencia policial en alguna cuneta de la Norteamérica profunda,... Es lo que los productores de televisión llaman violencia gratuita (porque pueden sacarla de YouTube y no les cuesta un céntimo).

Es la violencia barata que sale carísima, porque acaba legitimando todo un discurso represivo que cruza el hilo argumental del resto del informativo: manifestantes vándalos, policía española buena, los pobres roban, los extranjeros más, y los extranjeros pobres, una barbaridad. Solo cuando España se inunda, podemos confiar en la clase media decadente y en los extranjeros que venden paraguas a la salida del Metro. El resto del (buen) tiempo, mejor desconfiar de nuestros semejantes y tenerle fe al telediario.

Tenerle fe al telediario, y a esa otra violencia más de magazine que nos toca el corazón y la moral, que los programas matinales –con ARGH y Grissom al frente– saben explotar con testimonios de víctimas, denuncias de familiares, aires de venganza y dolor, mucho dolor en shock, que a nosotros nos revuelve las tripas y a Gallardón le da para modificar leyes y activar la alarma social. Otra violencia gratuita que sale por un pico: de audiencia y de buitres.

Y entre esas dos formas de violencia, llegan las opiniones de los expertos que analizan y buscan huellas, rastros, móviles y pruebas. Los listos útiles que se dejan utilizar como elementos racionales que legitiman el uso de la violencia como herramienta para el miedo, la ira o la contención. Para que todo siga siendo lo mismo y desde allí vaya a peor. De puta madre. La hostia.

@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } La violencia como espectáculo aparece como una constante en los informativos televisivos que muestran imágenes registradas por cámaras de seguridad o por la policía. Atracos a supermercados, farmacias o joyerías, alunizajes bestiales en gasolineras, brutales escenas de violencia policial en alguna cuneta de la Norteamérica profunda,... Es lo que los productores de televisión llaman violencia gratuita (porque pueden sacarla de YouTube y no les cuesta un céntimo).

Es la violencia barata que sale carísima, porque acaba legitimando todo un discurso represivo que cruza el hilo argumental del resto del informativo: manifestantes vándalos, policía española buena, los pobres roban, los extranjeros más, y los extranjeros pobres, una barbaridad. Solo cuando España se inunda, podemos confiar en la clase media decadente y en los extranjeros que venden paraguas a la salida del Metro. El resto del (buen) tiempo, mejor desconfiar de nuestros semejantes y tenerle fe al telediario.