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Sobre este blog

Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.

Tahrir en el Congreso de los Diputados

Imagen del Congreso de los Diputados, Madrid. © Raúl Hernández González

María del Pozo

Responsable de Política Exterior de Amnistía Internacional —

Exigir respeto a sus derechos humanos es el nexo de unión de millones de personas que llevan dos años saliendo a la calle en el Norte de África y Oriente Próximo. Sus poblaciones han decidido alzar la voz ante sus gobernantes, tras décadas de represión y violaciones sistemáticas de sus derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales.

En Amnistía Internacional tenemos entre nuestros objetivos y responsabilidades conseguir que sus voces lleguen más allá de sus plazas Tahrir. Y esta semana estas voces y peticiones de derechos humanos han llegado al Congreso de los Diputados.

Con motivo del 10 de diciembre, representantes de Amnistía Internacional hemos celebrado una interesante sesión de trabajo junto a diputados y diputadas de casi todo el arco parlamentario (CIU, PP, PSOE, PNV, ICV, ERC y UPyD) y expertos en la zona (Gema Martín Muñoz, Andreu Bassols y Eduard Sole)

En la sesión se han puesto sobre la mesa errores del pasado y se ha terminado con una buena noticia: la adopción de una Declaración en la que, desde el Congreso, se insta al Gobierno español a garantizar un tratamiento prioritario de los problemas de derechos humanos en las relaciones bilaterales y de la Unión Europea Declaración(UE) con tres países de la zona que se encuentran en un momento clave: Egipto, Túnez y Libia.

Se piden al Gobierno cosas tan importantes como que promueva la ratificación de tratados internacionales, la cooperación con las Naciones Unidas, la abolición de la pena de muerte y el respeto a la libertad de expresión, manifestación y reunión. De forma prioritaria España tiene, según el texto aprobado, que ayudar a estos países a promover y proteger los derechos de las mujeres.

Cambios tan profundos no se producen de un día para otro. Y cambios tan profundos necesitan el apoyo y el acompañamiento de la comunidad internacional. Esta declaración es un paso importante en esa dirección. Ahora el Gobierno tiene que ponerla en marcha y el Congreso controlar que así sea. Desde Amnistía Internacional, por supuesto, mantendremos nuestro interés y seguimiento.

Las voces que se escuchan en las plazas de estos países y otros de la zona nos deberían avergonzar a los ciudadanos de la UE. Nos han demostrado que las relaciones mantenidas durante décadas por la UE y por España con gobiernos represivos de estos países no han sido las apropiadas para la defensa de los derechos humanos. Se ha mirado hacia otro lado respecto a ejecuciones, torturas y desapariciones. Hemos asistido a preocupantes ventas de material de defensa que claramente conllevaban un riesgo de ser usados para cometer violaciones de derechos humanos. Se han firmado acuerdos sobre asuntos relacionados con la migración, como en el caso de Italia con la Libia de Gadafi, cerrando los ojos ante la atroz situación de los derechos humanos.

Las revoluciones árabes han abierto una ventana de oportunidad a la política exterior de la UE y de España. Esperamos que tanto con estos tres países como con muchos otros, ésta se sepa aprovechar.

Conscientes del compromiso con los derechos humanos de algunos diputados, convencidos de la importancia del trabajo parlamentario, confiamos en seguir impulsando nuevas iniciativas que satisfagan las demandas de éstas y de otras muchas voces.

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Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

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