La nueva Formación Profesional (FP) Dual, que emana de la Ley Orgánica 3/2022 y desarrollan todas las comunidades autónomas, mantiene en vilo a cientos de estudiantes de Andalucía y a su profesorado. La adaptación de la regulación estatal por parte de la Junta ha provocado que buena parte del alumnado, que inició sus estudios en 2024, se enfrente ahora a una exigencia de horas prácticas para poder titular que el sector considera inasumible.
En concreto, la preocupación se centra en la obligatoriedad de completar 500 horas de prácticas para obtener el título, el equivalente a unos tres meses de trabajo efectivo. Hasta este cambio normativo, que se ha ido adoptando desde el curso 2023-2024 en Andalucía y es de plena aplicación desde este año 2025, la media de horas prácticas se situaba en torno a las 400 horas -dependiendo del nivel- y se realizaban al final del último curso.
Ahora, aunque estas horas pueden repartirse entre primero y segundo, el cambio se ha producido con el curso ya iniciado, afectando a alumnado que comenzó sus estudios sin ese requisito. En toda Andalucía, según las últimas cifras publicadas del Gobierno central, hay alrededor de 200.000 estudiantes de formación profesional y todos ellos deben adaptarse a la normativa.
No obstante, el problema no es para todos igual. La exigencia impacta en los ciclos de grado medio y superior, donde además se matricula un perfil de alumnado que busca incorporarse cuanto antes al mercado laboral. Cualquier retraso en la obtención del título supone, en la práctica, un freno directo a sus posibilidades de empleo.
Aunque la Junta dice no tener constancia de que el problema sea generalizado, fuentes del sector sí lo dicen y señalan que provincias como Málaga, Granada o Almería sufren especialmente esta situación porque la regulación de la Consejería de Educación está siendo retroactiva en cuanto a las exigencias y no se está informando “a tiempo”.
“Aunque apruebes todo, puedes no titular”
La situación es especialmente grave en la FP a distancia, donde no existe la división tradicional por cursos y el alumnado se matricula por módulos. En estos casos, aprobar todas las asignaturas ya no garantiza la titulación. “Ahora mismo hay alumnado que, aunque apruebe todos los módulos, puede no titular simplemente porque no encuentra empresa para las prácticas”, explica Pedro Fernández, docente de FP y miembro de la comisión de FP del sindicato CSIF en Andalucía. “Si un alumno de segundo no encuentra empresa, no titula. Eso significa imponerle un tercer año obligatorio”. Para el profesorado, el cambio normativo se está haciendo sin la información y el diálogo necesarios.
Además el problema, dice, no es académico sino estructural. “Encontrar empresas para todo el alumnado en Andalucía es inviable”. La mayoría del tejido productivo está formado por microempresas y autónomos sin capacidad para asumir alumnado en prácticas, mientras que la búsqueda de plazas recae casi en exclusiva sobre el profesorado, con una dotación horaria mínima. “Tenemos tres horas por curso para buscar empresas para cincuenta o sesenta alumnos. Es materialmente imposible”. Eso sí, quienes puedan acreditar horas de trabajo por su cuenta que estén relacionadas con su formación, pueden descontárselas de las prácticas.
Un cambio de reglas en pleno partido
Pero el problema está extendido entre el alumnado. Azahara, estudiante de Integración Social a distancia, tiene 34 años y trabaja por las mañanas. Se matriculó con una idea clara: terminar el ciclo en dos años. “La mayoría de las personas que estudiamos FP a distancia trabajamos o tenemos cargas familiares”, explica.
El curso pasado cursó ocho módulos. Tres de ellos incluían prácticas que, según les indicó el propio centro, se realizarían de forma transitoria en institutos y se evaluarían mediante tareas, ya que la FP Dual aún no estaba implantada al 100 % en la modalidad a distancia. “En junio nos dijeron que las prácticas estaban superadas, que ya estaban evaluadas y que no había que hacer prácticas en empresa”, recuerda. “En septiembre nos lo volvieron a decir en la presentación del instituto”.
Sin embargo, en diciembre ha llegado el giro. “Ahora nos dicen que no, que esas prácticas no valen”, relata. “Tenemos grabaciones y resoluciones donde se dice claramente que esos módulos quedaban superados. Eso está incluso en YouTube”. La solución que se le plantea ahora pasa por concentrar 500 horas de prácticas entre marzo y junio, compatibilizándolas con su empleo y el resto de módulos. “Pretenden que trabaje de ocho a tres y que luego haga prácticas de cuatro de la tarde a diez de la noche”, denuncia. “Eso significa trabajar trece horas al día, hacer tareas, el proyecto intermodular y estudiar. Es inasumible”.
Javier tiene 27 años, vive en Almería y también cursa Integración Social a distancia. Su experiencia coincide con la de Azahara. “Pensaba que la FP a distancia iba a estar adaptada a personas que no pueden estudiar de otra forma, y ha resultado ser incluso peor que la presencial”, afirma. Durante el curso ha tenido que dejar de acudir a su empleo para asistir a prácticas obligatorias. “He tenido que buscar un sustituto y perder un día de paga, además del dinero del desplazamiento”, explica. “Esto genera mucho estrés y desconcierto”.
Javier insiste en que el problema no está en los centros. “No culpo a los institutos ni al profesorado, porque se han volcado con nosotros”, señala. “El problema es que las cosas cambian de un día para otro”. Tras dos cursos marcados por la incertidumbre, lanza un diagnóstico contundente: “La FP a distancia es un caos”. Y añade: “Sinceramente pensamos que todo esto son artimañas para acabar con ella. Están robando oportunidades”.
Para el sector es un caos normativo
Desde el sector, el responsable de Política Educativa de CCOO, Felipe Gómez, se sitúa en la misma línea que el alumnado y los docentes y confirma que no se trata de casos aislados. “La implantación de la FP Dual en Andalucía está siendo caótica, como venimos viendo en los últimos años”, afirma. “La normativa no llega hasta bien entrado el curso, como ocurrió el año pasado y está pasando este”.
Gómez señala que la falta de desarrollo normativo afecta también al profesorado. “Es un caos para los profesores y profesoras, que no tienen la normativa aplicada ni suficientes horas para buscar empresas donde realizar las prácticas”. En particular, reconoce problemas con la aplicación de las 500 horas en alumnado que no pudo completarlas el curso anterior por causas justificadas. “No estaba claro cómo implementarlas ni cómo registrarlas en Séneca”.
Además, sitúa el conflicto en un contexto más amplio. “Hay un proceso evidente de privatización y de negocio alrededor de la FP”, apunta. “Quienes acaban pagando son, muchas veces, hijos e hijas de la clase trabajadora”.
La Junta niega un problema generalizado
Por su parte, la Consejería de Educación niega que exista una problemática estructural en el sistema. Según datos oficiales, Andalucía ha firmado 85.000 convenios con empresas y dispone de 170.000 plazas públicas, frente a unas 40.000 en la privada. “Que sea un problema general del sistema no nos consta”, sostienen fuentes de la Consejería.
Desde la Junta subrayan que los requisitos de la FP Dual vienen marcados por la normativa estatal. “La normativa es de carácter nacional y es la que marca los requisitos”, señalan, recordando que la Dual comenzó a aplicarse en primero el curso pasado y este año ya se extiende a primero y segundo. Según la Consejería, Andalucía solicitó una implantación progresiva en varios cursos, pero el Gobierno central la descartó.
Sin embargo, la respuesta institucional no entra a valorar los casos concretos de alumnado que comenzó sus estudios con unas condiciones y ahora se enfrenta a otras, ni la dificultad real de compatibilizar prácticas obligatorias y empleo.
Mientras tanto, a pocas semanas de que comiencen de forma generalizada las prácticas, la incertidumbre persiste. “En enero empieza todo el mundo a irse de prácticas y ahora mismo no sabemos qué va a pasar”, resume Pedro Fernández. “Si esto no se resuelve ya, hay alumnado que no va a poder terminar sus estudios”.