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¿Podemos Nosotros o Madina y Díaz?

Decíamos ayer que hoy no tocaría elucubrar sino ya referirnos a escrutinio. Yo, como otros menos cautos, no podía imaginar que contra lo profetizado la abstención sería menor, se heriría -¡al fin y tanto!- al bipartidismo y, sí que habría épica: el ascenso de partidos pequeños -sobresaliendo Podemos- frente los dos hegemónicos.

Como el bipartidismo, aún malherido, tiene peligro, anda atacando, de cara y sibilinamente. De un lado, calumniando sobre una financiación de Podemos a cargo de Irán y Venezuela para imponer aquí estados como aquéllos. Y de otro, distrayendo la atención a un sólo tema: la renovación del PSOE.

¡Pero si ha sido el gran perdedor en cómputo nacional! ¡Si en Cataluña se confirma residual! ¡Si en Andalucía, ahora proclamada Tierra de Susana Santísima, ha perdido trece puntos respecto al 2009! Pues todo se nos reduce a que si primero se elige secretario general o líder electoral, si en congreso extraordinario o en primarias abiertas, ¡Última hora: “un militante un voto”! (¿Cómo felicitar si es lo mínimo que esperar?) o, sintetizando, si monta más Susana o Eduardo.

Andalucía, el modelo. ¿Sí? Tierra sin alternancia en toda la democracia, lo que a nadie puede extrañar que haya causado episodios -concretos, que no aislados ni escasos- de arbitrarierad en el reparto de subvenciones, contratos, pagos, favores. Comunidad con sobresaliente tasa de paro sobre la ya alta nacional, de abandono escolar, falta de industrialización, emigración... No todo imputable a la Junta, pero dadas las trasferencias del sistema autonómico que algunos defendemos ¡con tanto esfuerzo!, ¿la gestión socialista ininterrumpida no tiene ninguna responsabilidad?

Se señala a la actual presidenta casi como única esperanza, obviando detalles: como que jamás ha ejercido profesión (lo que invita a dudar de su disposición a dejar el sillón), que toda su carrera se ha desarrollado dentro del aparato por donde ha escalado peldaños a costa de sus mentores según testimoniaban compañeros y medios que se rinden a sus pies desde que ostenta poder, que fue nombrada a dedo por Griñán (igual que Ana Botella heredó de Gallardón e Ignacio González de Aguirre), que hicieron un paripé de primarias que por falta de avales de los restantes quedó en nada, que ha promovido a su íntima a Secretaria General de Sevilla, ¡gran síntoma de democracia interna!-, que lleva ocho meses de presidenta y los andaluces no hemos podido votar.

¿Concurrirá un día Susana Díaz a la Junta de Andalucía? Ni eso se puede asegurar ahora que se plantea el salto nacional. Los barones del PSOE le piden auxilio. Creen que sólo ella puede salvar al partido y de paso a los españoles. Y yo me debato entre la pena y el miedo ante esa fe en el salvapatria, sea masculino o femenino.

Lo que una parte creciente de la ciudadanía (la que más se ha activado y, a pesar de los pesares, aún siendo muy crítica, ha re-confirmado el compromiso con el sistema ¡democrático, no capitalista!) exige en manifestaciones, redes sociales y elecciones es participación, alternancia y trasparencia. ¡Fuera telarañas y a airear alfombras! Con medidas hacederas: reforma de la ley electoral que deje de primar la complicidad del PPSOE, limitación de mandatos, listas abiertas (para que el político dependa del votante, no del aparato), reforma constitucional y extirpar el añadido del PPSOE sobre prioridad del pago de la deuda, cambio de la financiación de partidos para evitar el trasiego de dinero B y apaños con empresarios.

El PPSOE ya está haciendo lo imposible por distraernos. Están juntos en esto, como en “el 70% de las votaciones del Parlamento europeo. Lo dijo tras las elecciones, en Hoy por hoy (01’49), Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea -y anteayer líder del PSOE. Como también de ese lado se cuentan Alierta, Botín, Cebrián, ¡Y por supuesto Dios Padre-Felipe González (a quien Rubalcaba dio -con Valenciano y López- la primicia de su dimisión)! ¿Alguien explica el papel de poderosa sombra del expresidente, esa renovada tutela del Adán del pecado original (que no hace falta resucitar pues aquella mancha aún lastra nuestra democracia)? ¡Alguien cuya palabra vale lo que su promesa en enero de dejar Gas Natural! ¡Alguien que, como ha dicho Antonio Gutiérrez -ex diputado del PSOE-, ha podido influir tanto en la debacle socialista con su defensa en plena campaña de la “gran coalición” PPSOE! ¡Y que, aún no satisfecho, ante el auge de Podemos azuza el miedo y alerta del riesgo de que nos convirtamos en estado bolivariano! Por supuesto Pablo Iglesias ya le ha contestado. El electo aunque, a este paso, no descarto que el senior se levante de entre los muertos.

Acabar con el bipartidismo -por el bien democrático- va a requerir el mayor esfuerzo e inteligencia de las otras fuerzas (incluidas las de centro-derecha: UPyD o Ciudadanos). En lo que a las de izquierda respecta, están llamadas a colaborar no sólo las que han logrado escaño europeo [La izquierda plural (IU) -con su gran ascenso pero no definitivo tras tanto tiempo y que avanza hacia la re-conexión social al anunciar primarias abiertas para el candidato a la Junta-, Podemos -revelación, con mucho que articular, pero un exitazo en 4 meses y por ello con tanto que aportar-, Primavera europea -a quien avala haber sido ya capaces de pactar: Equo+Compromis-] sino los votados sin eurodiputado. Pues, los resultados muestran que la suma de los tres citados más Red, Partido X, Piratas, Recortes cero, Partido animalista, Discapacidad y Enfermedades Raras da 3.591.845 (sin añadir Los Pueblos Deciden, ni el Partido andalucista, ni el voto en blanco). Y PP y PSOE obtuvieron 4.074.363 y 3.596.324.

El 50+1 no será fácil pero está al alcance. Sólo se conseguirá gestionando las diferencias, con generosidad, y convenciendo hasta a esos votantes, simpatizantes o cuadros socialistas modestos que ven que no hay otra forma de que el PSOE se regenere en serio que confiando en la alternancia con otras izquierdas. Metas de la alianza: depurar la democracia en España, revertir los recortes económicos y de derechos y frenar el fascismo que ha arrasado en países vecinos europeos.

No, Andalucía no es el Edén por desgracia. Ojalá nuestro Parlamento fuera un vergel de partidos, y nuestro Gobierno se enriqueciera con la sucesión de mujeres y hombres de distintas ideologías y formaciones, llegados ahí con el solo afán de servir. ¡Ojalá entrara aire fresco! ¡Y a los de dentro no les horrorizara, sino que abrieran las ventanas! Va a costar. Porque muchos en nuestra comunidad -no sólo políticos- ya están moviendo ficha en apoyo de la paisana para que, si al final gana y aspira al máximo poder de España, los lleve en su pensamientos y llegado el momento procedan a pagarse -con cheques nacionales, no iraníes ni venezolanos- los servicios prestados. ¡Ojalá en y desde Andalucía lográramos destruir esta inercia corrosiva, perversa!

Decíamos ayer que hoy no tocaría elucubrar sino ya referirnos a escrutinio. Yo, como otros menos cautos, no podía imaginar que contra lo profetizado la abstención sería menor, se heriría -¡al fin y tanto!- al bipartidismo y, sí que habría épica: el ascenso de partidos pequeños -sobresaliendo Podemos- frente los dos hegemónicos.

Como el bipartidismo, aún malherido, tiene peligro, anda atacando, de cara y sibilinamente. De un lado, calumniando sobre una financiación de Podemos a cargo de Irán y Venezuela para imponer aquí estados como aquéllos. Y de otro, distrayendo la atención a un sólo tema: la renovación del PSOE.