¿Cómo ser transparente?

La filtración de mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y Ábalos me ha dado que pensar, no tanto en el contenido y en qué momento puedo utilizar estulticia, sino más bien qué necesidad había.

Es cierto, Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de España, y tanto como institución como cargo público, se debe a un principio de verdad y transparencia, y siendo un político de su tipo sus conversaciones pueden ser más relevantes de lo que pensamos. Pero se ha abordado cómo si de una cuestión de transparencia se tratase su ámbito personal y el de cualquiera. Y ahí es donde yo me pregunto; ¿qué es la transparencia?

Si consultamos el diccionario panhispánico nos dice en su primera acepción: “Obligación de las administraciones públicas y otras entidades públicas y privadas, como los partidos políticos o las entidades subvencionadas, de dar a conocer periódicamente los datos más relevantes de su actividad, con los elementos económicos y presupuestarios correspondientes, así como facilitar a las personas el acceso a la información pública contenida en documentos y archivos que aquellas custodian”. ¿Es una conversación privada parte de la transparencia? ¿Debíamos ser conocedoras de la opinión personal sobre Pablo Iglesias en un chat de Pedro Sánchez? ¿Deberíais saber qué opinó de Pablo Iglesias como persona?

Y es que aquí está el quid de la cuestión: hasta dónde debe llegar esa transparencia. En la era de las redes sociales hemos normalizado la sobreexposición de la vida, de forma pornográfica en su consumo. Un consumo que no se inscribe a figuras públicas sino a toda persona a nuestro alrededor, siendo la sospechosa mayor quien no use las redes sociales o peor, quien no tenga. La vida reducida a las redes sociales y su valor a la performatividad.

¿Tendría que haber subido a redes cada uno de los pensamientos y emociones que transité al separarme? ¿He faltado a la verdad al no hacerlo? ¿Soy poco transparente por no indicar y publicar mi NIF en redes sociales? ¿El lugar donde vivo? No, no y no

Infancias cuya exposición de todo tipo en redes sociales y publicidad no regulada, y sin búsqueda de visibilizar nada diferente o fuera de la norma, sino por la necesidad de mostrarlo todo en busca de algún tipo de repercusión.

Y es así que el derecho a la privacidad queda anulado, y nos volvemos personas poco confiables, nada transparentes al no participar de ese juego. Vidas atrapadas y sentenciadas en línea sin derecho ni a rectificación ni a la lentitud ni a la quietud, y ni mucho menos a la reserva, tan sólo consumir vidas ajenas de forma activa o pasiva.

Yo, por ejemplo, soy una persona bastante reservada con mi vida privada. ¿Tendría que haber subido a redes cada uno de los pensamientos y emociones que transité al separarme? ¿He faltado a la verdad al no hacerlo? ¿Soy poco transparente por no indicar y publicar mi NIF en redes sociales? ¿El lugar donde vivo? No, no y no.

¿Está al mismo nivel esta especie de pornografía emocional y vital respecto a los deberes públicos respecto con la administración?

Los cargos e instituciones públicas deben ser transparentes con su hacer en todo momento, y se deben a una fiscalización por parte de la sociedad civil. Sin embargo, esto no puede conducirnos a desear ser policías de quienes nos rodean a nivel emocional y desdeñar la verdad

Además, hasta qué punto la solicitud de transparencia es un principio basado en la honestidad, y no una exigencia de sincericidio, es decir, de contarlo todo sin ningún tipo de responsabilidad esperando que no haya consecuencias. Y aún así seguiría sin considerarse sincero si con quien interlocutamos considera que al no ser lo que quería escuchar, es una directamente una mentira.

Los cargos e instituciones públicas deben ser transparentes con su hacer en todo momento, y se deben a una fiscalización por parte de la sociedad civil. Sin embargo, esto no puede conducirnos a desear ser policías de quienes nos rodean a nivel emocional y desdeñar la verdad, considerando el no saber todo de una persona como falsedad por parte de esta, o sentenciarla de poco honesta.

Pues esta exigencia de transparencia en relaciones personales realmente trata de ocultar dinámicas abusivas de control por una de las partes. Si cada detalle de la vida de una persona debe ser expuesta para ser considerada honesta, ¿es la intimidad un valor, un derecho o un privilegio?