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Montero admite fallos en el protocolo antiacoso del PSOE: “Requiere mayor celeridad y mejor acompañamiento”

Néstor Cenizo

Málaga —
4 de diciembre de 2025 21:22 h

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María Jesús Montero, secretaria general del PSOE-A y vicepresidenta del Gobierno, ha admitido este jueves que los protocolos del partido para denunciar internamente casos de acoso no han funcionado bien y ha dicho que le “alarman” que “los tiempos sean muy largos” o que el procedimiento provoque situaciones de indefensión para las víctimas.

“Puedo compartir con ella [la militante que ha denunciado anónimamente el presunto acoso sexual que sufrió por parte del secretario general del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro] que es un tiempo excesivamente largo”, ha dicho este jueves al término de una entrega de premios organizada por la Fundación Socialismo y Democracia. “Las cuestiones que se han conocido requieren de una mayor celeridad y sobre todo, de un mejor acompañamiento a todas las víctimas”, ha añadido.

La mujer puso la situación en conocimiento del partido en junio, y ante la falta de una resolución, interpuso finalmente una denuncia en Fiscalía comunicando esa circunstancia. La intervención de Fiscalía ha motivado que este mismo jueves el PSOE provincial haya exigido a Navarro su renuncia a los cargos institucionales (es concejal y diputado provincial) y haya solicitado a los órganos federales su suspensión de militancia. Navarro ha negado a Sur que “haya delito” y ha atribuido la denuncia a motivos políticos.

Montero ha explicado que se activó el procedimiento, aunque no con la celeridad suficiente. “El partido sí ha hecho los pasos correspondientes de contacto, de citaciones, de testimonios que permitieran esclarecer el tema. En este caso el partido sí ha ido actuando”, ha asegurado. “Yo conocía que esta persona había puesto una denuncia, pero por supuesto no conocía el contenido”, ha añadido luego: “Entenderán que tiene una intimidad que hay que respetar”.

Antes del acto, Fernando López, secretario de comunicación institucional del PSOE-A, había justificado la tardanza de la resolución en el garantismo del proceso, que exige escuchar a ambas partes.

Los focos sobre Montero

La vicepresidenta y futura candidata a presidir la Junta de Andalucía ha respondido a estas cuestiones en un acto de partido que se le torció ante la expectación generada por sus explicaciones a este caso y a las dos denuncias, también por acoso sexual, contra Francisco Salazar, ex alto cargo en Moncloa y en el partido. El PSOE no tramitó dos denuncias contra él a pesar de recibirlas también el pasado junio. Cuando elDiario.es desveló estos hechos, desde Ferraz explicaron que el canal antiacoso se había “ofuscado”, y luego que la denuncia había desaparecido de la plataforma, lo que ha generado una ola de indignación entre las secretarias de Igualdad de múltiples territorios, parte de las cuales han exigido, de momento en vano, que el partido lleve el caso de Salazar a Fiscalía.

Las feministas del partido apuntan estos días contra María Jesús Montero por ser la líder del socialismo andaluz, de donde proviene Salazar y donde se mantiene como secretario de Organización del PSOE-A, Francisco Rodríguez, gran valedor suyo y presente en el acto de Málaga. Según relataron a este periódico, Montero se dirigió en junio a algunas mujeres de su partido para acusarlas de “querer destrozar la vida a los compañeros” y de “respaldar a quienes quieren acabar con el PSOE”.

“¿Cree que de algún modo se le ha protegido a Paco Salazar?”, se le ha preguntado hoy. “Yo creo que se protege a las víctimas, que son las personas que tenemos que proteger”. Montero ha asegurado que Salazar no tiene ya relación laboral con el partido ni ha realizado ningún trabajo en los últimos meses, ni en Andalucía ni a nivel federal: “Absolutamente ninguno”.

Mujeres de la Ejecutiva local defienden la presunción de inocencia

La situación en Torremolinos se diferencia de la de Salazar en que el canal antiacoso sí funcionó en el primer caso aunque no llegó a culminar con una resolución, según la explicación ofrecida por Montero. Esto provocó la otra gran diferencia: que en el caso de Torremolinos el caso sí esté en manos de la Fiscalía, porque la propia mujer así lo decidió, frustrada por la espera.

La denuncia recoge que le tocó el culo sin su consentimiento, y decenas de mensajes remitidos en 2021 con proposiciones sexuales no correspondidas, de las que ella se zafaba reconduciendo la conversación al ámbito laboral. “Cuando te enfadas te pones muy guapa”, “Iré depilado por si tienes un desliz”, “Te ponía ahora de vuelta y media”. A veces intercalaba estos mensajes con disculpas o frases autocompasivas, y luego los retomaba. Según la denunciante, son mensajes “intimidatorios, degradantes y humillantes” que afectaron “gravemente” a su seguridad en el trabajo. “Era una presión insoportable”.

Esta tarde, ocho mujeres que integran la Ejecutiva local han difundido un comunicado en el que, tras rechazar cualquier acto de acoso o agresión contra cualquier mujer, defienden el derecho a la presunción de inocencia de Navarro y piden aguardar a la resolución que se dicte analizando el contexto y, subrayan (literalmente) “la relación que mantenían ambas personas”, lo que confirman otras fuentes a este medio.

“Muchas de las firmantes hemos sido testigos de la relación que unía a ambas personas, de la amistad y la complicidad que entre ellos existía”, señalan, añadiendo que no han sido testigos de actos de acoso de Navarro hacia la denunciante o hacia otras mujeres. Según dicen, “ambos participaban con total normalidad [en actos públicos], con muestras de cariño y sin exitir atisbo de ninguna posición de supremacía, acoso o agresión” con posterioridad a los hechos denunciados, que datan de 2021.

“Se ha sentenciado a una persona sin que haya tenido posibilidad de defenderse y sin valoración alguna del contexto que rodeaba a ambos implicados”, señalan advirtiendo contra los “juicios paralelos” y la “vertiente sensacionalista del caso”.

Fuentes de la militancia local señalan que la denuncia tiene su origen en un conflicto entre ambos larvado desde poco antes de las elecciones municipales de 2023. La histórica agrupación torremolinense está fracturada, y parece abocada a una reedición de la gestora que ya la dirigió a mediados de 2024, tras la moción de censura impulsada por un centenar de militantes que tumbó precisamente a Navarro. En las primarias que siguieron, Navarro y la denunciante se enfrentaron en listas opuestas, y el primero volvió a hacerse con el control de la agrupación.