El macrocentro de datos que promueve Blackstone en Calatorao (Zaragoza) se convertirá, si salen adelante los planes de la firma estadounidense, en uno de los mayores de Europa. Las cifras mareantes no se limitan a la inversión prevista, que de 7.500 millones de euros ha pasado a 11.805 millones, sino también al uso de recursos naturales: la demanda eléctrica planteada dobla la inicialmente anunciada, de 300 megavatios, y alcanzará los 648 MW, mientras que el consumo de agua equivaldrá en cinco meses lo que los vecinos de esta localidad del Valdejalón consumen en un año.
Frente a esto, el número de empleos creados durante la fase de operación se limitan a 200 puestos de trabajo.
Estos son los datos que ha trasladado Blackstone, a través de la firma Calanza Inmuebles SL, al Gobierno de Aragón y que aparecen reflejados en la aprobación inicial –publicada este lunes– del Plan de Interés General de Aragón (PIGA) del Proyecto Rhodes, el nombre que ha recibido la iniciativa y que se ubica junto a la A-2 a 50 kilómetros de Zaragoza.
El agua potable se obtendrá a través de una conexión a la red de abastecimiento municipal existente. El requerimiento que plantea Blackstone es de 700 metros cúbicos al día, que están garantizados con una ampliación prevista de la planta potabilizadora del municipio de 800 m³diarios, según consta en el informe. “Este volumen de ampliación previsto es superior a la demanda diaria estimada para la futura urbanización centro de datos de Rhodes”, apunta el documento.
Teniendo en cuenta que el consumo medio diario de agua en Aragón por persona se sitúa en 110 litros al día, la proyección (40,15 m³ al año per cápita) evidencia que el gasto en este concepto del centro de datos de Blackstone supondrá en cinco meses lo que consumen los casi 3.000 vecinos de Calatorao en un año.
Para la distribución interna, dentro del polígono hay prevista una tubería que parte desde dos depósitos ubicados al noreste, donde se acumulará el agua de abastecimiento proveniente de la red municipal. En caso de restricciones o de averías, hay previsto un depósito con capacidad para surtir de agua a la instalación durante dos días seguidos.
En cuanto al suministro eléctrico, será más del doble de los 300 megavatios anunciados. Así, el PIGA muestra que las necesidades del Proyecto Rhodes en este ámbito alcanzarán los 650 MWe. Hay prevista una planta solar fotovoltaica´de 3,2 hectáreas, pero apenas constituirá un 0,43% del consumo eléctrico general.
El propio centro de datos tendrá una subestación eléctrica conectada con la red exterior, que recibirá energía procedente de la SET Calatorao a través de una línea eléctrica de alta tensión de 220 kV. La subestación contará con ocho transformadores (que transformarán la alta tensión (220 kV) en media tensión (33 kV) para dar funcionamiento a los edificios. De hecho, en realidad hay ocho centros de datos dentro de la instalación.
Aunque Blackstone ha adquirido 224 hectáreas de terreno en Calatorao, la superficie total proyectada para este desarrollo será mucho menor, de unas 85 hectáreas.
200 empleos
Tanto la ejecución del proyecto de urbanización como de la propia instalación del Data Centre supone la creación de 1.200 puestos directos de trabajo en fase de obra y 200 en fase de operación, además de la creación de empleos indirectos, donde se prevé que se generen entre 1.100 y 2.000 puesto. De esto, entre 920 y 1.700 serán en construcción y entre 180 y 300 durante la operación. “El establecimiento del Data Centre aportará nuevos empleos de calidad, de manera estable sin temporalidad y en un sector puntero y estratégico”, aseguran los impulsores.
La promotora Calanza Inmuebles se compromete a asumir el mantenimiento de la urbanización mediante la constitución de una entidad de conservación bajo la supervisión del Ayuntamiento de Calatorao. Esta medida reducirá la carga sobre el presupuesto municipal y maximizará los beneficios derivados del proyecto, tanto para la Administración local como para la supramunicipal (el Gobierno de Aragón).
El acceso a la ubicación del proyecto se realiza a través de la autovía A-2. Debido a la elevada distancia con los núcleos de población más cercanos, no hay conexión peatonal con el exterior, y tampoco habrá acceso para bicicletas.