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La prodigiosa integración cultural de los ‘nuevos aragoneses’: tres de cada cuatro extranjeros maneja con soltura el idioma

La estancia en comunidades locales de pequeño tamaño facilita la integración cultural.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

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La integración cultural de los extranjeros que llegan a Aragón alcanza un nivel prodigioso en el apartado del manejo de la lengua, en el que, tras unos años de estancia, los migrantes que no tienen el castellano como lengua materna pasan a presentar uno de los mejores registros del Estado en nivel avanzado tras ofrecer uno de los más bajos a su llegada.

Los datos figuran en el módulo especial de la EPA (Encuesta de Población Activa) que el INE (Instituto Nacional de Estadística) acaba de dedicar a la “Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación con el mercado laboral”, en el que ofrece conclusiones como que el grado de satisfacción con el empleo alcanza el 48,8% (55,04% para los nacidos en España) y como que el 6,51% de las mujeres y el 2,95% de los hombres nacidos en otros países se han sentido discriminados en su trabajo actual, porcentajes que, respectivamente, se sitúan en el 4,15% y el 2,8% para los españoles.

Las trabas de carácter burocrático tienen, a nivel estatal, mayor influencia que las culturales como barrera para que los extranjeros puedan acceder a empleos acordes con la capacitación profesional que ya tienen.

En este sentido, el principal obstáculo (21,92%) fue “no tener convalidados los estudios obtenidos en el extranjero”, al que le sigue (17,11%) el hecho de que no hubiera un puesto adecuado para sus capacidades, dos registros claramente superiores a los que provocan las “restricciones legales del derecho a trabajar debido a su nacionalidad o permiso de residencia”, que afectaron al 11,63%, y la necesidad de “mejorar el conocimiento de las lenguas españolas”, que se manifestó como el mayor hándicap para un 11,98% del colectivo de trabajadores nacidos en otros países.

Una progresión que no se da en ningún otro territorio

El mismo trabajo estadístico que ofrece esos resultados señala al colectivo de los migrantes que se asientan en Aragón como uno de los que mayor capacidad de adaptación presenta en el plano lingüístico.

Los datos de partida sitúan a Aragón como uno de los territorios en los que inicialmente, al llegar, peores niveles de desempeño idiomático presentan los extranjeros: solo un 37,94% tiene el castellano como lengua materna, un registro que solo mejora el 35,28% de Andalucía y que se queda a nueve puntos de una media estatal del 46,9%, mientras que únicamente un 3,03% presenta un nivel avanzado, lo que se sitúa justo por encima de la horquilla del 1,28% al 3% que arrojan, por este orden, Euskadi, Baleares, Navarra, Murcia y la Comunitat Valenciana.

El colectivo de los migrantes de Aragón se sitúa de nuevo entre los de menor presencia de personas con un manejo medio o de principiante del castellano (9,6%, solo ocho décimas por encima de los de Galicia) y es en el que mayor peso tienen al llegar las “personas con pocas habilidades lingüísticas”, término que engloba a los adultos que carecen de ellas y a “aquellos que eran demasiado jóvenes para hablar cualquier idioma en el momento de su llegada”.

Sin embargo, esos registros se dan la vuelta una vez se han asentado en el territorio, ya que solo Extremadura supera con un 39,48% el 35,18% al que se eleva el grupo de los que presentan un nivel avanzado de manejo del idioma para dispararse hasta el 24,52%, más de tres puntos por encima de la media estatal, el de los que alcanzan uno intermedio o, al menos, de principiante.

El nivel de estudios suele ser superior al de la población española”

Eso eleva al 73,87% el total de los migrantes que manejan con soltura el castellano y al 98,39% el porcentaje de los que disponen de habilidades para comunicarse en esa lengua, registros que en el momento de la llegada de esos ‘nuevos aragoneses’ ocupan, con un 40,97% y un 50,57%, respectivamente, las posiciones de cola de todo el Estado. En ningún otro territorio se dan progresiones de ese tipo.

¿A qué puede deberse una evolución de esas características y magnitudes? Se trata de un fenómeno no estudiado, aunque algunos trabajos sobre la integración de los migrantes en las sociedades de acogida, en este caso en la española, dan algunas pistas.

En este sentido, un estudio del Instituto Cervantes apunta que el nivel de estudios de los migrantes “suele ser superior al de la población española”, con un 29% de titulados superiores frente al 22% de la población española y un “mayor nivel” también “en cuanto a estudios secundarios y primarios”, algo que parece apuntar a la disposición de hábitos de aprendizaje.

“Sin embargo, esto no quiere decir que en España desempeñen puestos de trabajo acordes con su cualificación”, añade el estudio, que anota que ocurre “todo lo contrario. Como se ha señalado anteriormente, aquí se emplean en sectores como el servicio doméstico, la agricultura o la construcción”.

Paralelamente, la distribución de buena parte del colectivo por pueblos de pequeño tamaño en los que es difícil la creación de guetos y en los que el empleo facilita la integración en la comunidad, al ser el trabajo uno de los principales factores de identidad en occidente, influye, junto con la escolarización de los niños, en esos procesos.

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