La Asociación Vecinal del Barrio Jesús, en la margen izquierda de Zaragoza, han manifestado su “absoluto rechazo” a la posibilidad de que se ubiquen servicios administrativos municipales en la Casa Solans, un edificio emblemático del modernismo ecléctico zaragozano “que tenemos la inmensa suerte de disponer en el distrito del Arrabal”.
La Casa Solans se declara Bien de Interés Cultural (BIC) por su interés arquitectónico monumental, es un emblema de la Zaragoza recuperada, además de un equipamiento cultural de referencia para la ciudad.
Tras un intenso trabajo de rehabilitación, se reinaugura en 2006 y desde el año 2016 hasta la actualidad ha albergado primero la Oficina del Agua de Naciones Unidas hasta 2015 y posteriormente la sede de Ebrópolis atendiendo los informes técnicos sobre la viabilidad de las propuestas que se realizaron por el Servicio de Cultura y Patrimonio.
Desde la Asociación Vecinal del Barrio Jesús, conociendo que Ebrópolis va a cambiar de ubicación, han señalado que la Casa Solans “está condicionada a unos usos concretos”, determinados por el propio edificio, y que tiene que ser autorizado tanto por el Servicio de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Zaragoza como por la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural de Zaragoza del Gobierno de Aragón.
La entidad vecinal defiende unos usos ciudadanos y vecinales, unido a los sociales, culturales y turísticos que abarquen a todos los agentes sociales del barrio y que sirvan para “dinamizar” tanto a la Casa Solans, como al entorno en el que se encuentra y así “mejorar claramente la visibilidad que actualmente posee”.
Propuestas vecinales
Las propuestas de este colectivo vecinal comprenden desde ubicar servicios de turismo, a crear un espacio museístico, usarlo como salón de recepciones o cualquier otro “compatible” con su valor artístico y turístico, pero que permita su apertura los fines de semana y su integración en la ruta turística y patrimonial del barrio.
Todas estas propuestas serían “adecuadas” para cumplir con los usos permitidos por el carácter emblemático del edificio y su catalogación como BIC, conforme a los requerimientos planteados por el informe que se emitió por el Servicio de Cultura en julio de 2016.
Por las características del edificio y por su catalogación como BIC, según indica este informe, obliga su apertura a visitas públicas al menos cuatro días al mes y, además, no admite ni un gran número de personas, ni tampoco es posible modificar sus espacios interiores.
Ante la posibilidad, que se nos está trasladando, de que se ubiquen en la Casa Solans alguno de los servicios municipales, con carácter administrativo y con atención al público, han vuelto a trasladar su “más absoluto rechazo” al entender que es “secuestrar y privar, de nuevo, la Casa Solans a la ciudadanía zaragozana”.