Un gol a balón parado del Zaragoza hiela al Tenerife

Waldo conduce un ataque del Tenerife

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
26 de agosto de 2023 23:33 h

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La suma de méritos nunca le puede a los goles y no cotiza más que para llorar por la leche derramada, aunque procede decir que el Tenerife de este sábado –en un Heliodoro por encima de los tres cuartos de entrada– acumuló más llegadas y ocasiones que el Real Zaragoza. Ganaron los blanquillos, no obstante. El duelo táctico y la suerte del remate con valor de tres puntos, una doble ocasión de Jair en una de las faltas que colgó al área, con pie de seda, Bermejo. Cabeceó imperial el central, respondió soberbio Soriano, pero nada pudo cuando metió la puntera y enfrió él ánimo del tinerfeñismo.

Y sin la definición de su lado que sí tuvo ante Oviedo y Huesca, el grupo de Garitano ofreció otro partido generoso –más ordenado en el primer acto, afectado luego por los cambios de Escribá y el follón que le montó Ángel con la expulsión, ya en desventaja– en un ejercicio atrevido a la caza de los puntos que deja conclusiones tempranas a las puertas del cierre del mercado.

Algunas tienen que ver con lo que se llama la segunda unidad. Garitano jugó este sábado con el que cada vez toma más forma de equipo titular –salvo Sergio por el lesionado Aitor– y mientras le dio el aguante a su mitad más ofensiva aspiró con fundamento a la victoria. Pero el calor insoportable fundió antes de tiempo a Luismi Cruz y Roberto, lo que obligó al técnico a meter antes del minuto 60 a Teto y Mo Dauda.

El canterano respondió en el nivel notable del jugador que es a campo abierto para descargar, llegando con remates como segundo delantero o poniéndola al área escorado a su flanco natural. Y acabó –ya con el Tenerife desarmado por la expulsión y sin que pisara el campo Pablo Hernández– como un seis circunstancial, por detrás de Corredera. Tuvo la más clara de los suyos con un remate desde la frontal (m.87) que chocó con el poste derecho de Cristian y una madurez que le ha asomado cuando juega donde debe.

La misma de la que careció Ángel, respondiendo con una bofetada de novel cuando el Tenerife se iba a una contra limpia en la primera clara que tenía para responder a Jair. La auto expulsión tuvo nada que ver con el tanto visitante y mucho con el desaguisado posicional que le armó a su equipo, sometido a media hora frenética con jugadores fuera de posición –ese primer Amo como guardián de Corredera, porque Pablo no jugó, hasta el relevo postrero de Sipcic que le condujo a la zaga– y con jugadores fuera de forma, esto es Mo Dauda y Elady, que a vista de pájaro lucen, vamos a decir, no tan finos como el resto.

Y aun con tantos elementos en contra, tuvo el Tenerife tino y paciencia para caer al área –cuando no se empeñó en colgarla al área chica de Cristian Álvarez, infalible en las pelotas llovidas– en una cantidad suficiente para generar situaciones de remate. Cuando pudo tuvo la citada de Teto al palo y las más de las veces, la buena colocación del rival, casi siempre en el sitio justo para tapar el tiro o, sencillamente, llegar al corte antes que lo hiciera la definición.

Con pulmones, el Tenerife fue lo ya visto en las dos primeras semanas. Omnipresente Corredera al norte y al sur, al este y el oeste, con Waldo y Nacho por la siniestra produce con llegada en velocidad y combinaciones apoyado en Roberto o Enric. Y por el otro lado debería meritarle mucho más Luismi Cruz cuando consiga afinar la asociación por dentro con el mismo Roberto o Gallego. Hoy acumuló una caída al área tras otra, pero no contaba con el orden del Zaragoza para defender la última fase.

Enfrente, además, puede que Escribá manejara antes los cambios pensando en el refresco o puede que buscara un ritmo distinto tras el entreacto con otra propuesta. Fuera que lo que fuera, el Zaragoza de la segunda mitad fue otro con las entradas de Germán Valera y Sergio Bermejo. Liberados para jugar pegados a la banda o arrancarse hacia la calle del 10, dieron más ritmo a los maños y más trabajo a los medios del Tenerife.

Le quitó el balón lo suficiente para alargar a su rival y con Valera la conducción necesaria para incomodar y agarrarse al balón parado. Exigido en una falta lateral, falló en la marca y Jair hizo el resto. Un centro mal atendido, un detalle al cabo letal que pudo a esos méritos que, sin goles, poco rentan.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sipcic (Elady, m.82), José León, Nacho; Sergio González (Amo, m.70), Álex Corredera; Waldo (Ángel, m.70), Roberto López (Mo Dauda, m.57), Luismi Cruz (Teto, m.57); y Enric Gallego.

(0) REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Nieto; Francho, Marc Aguado (Jaume Grau, m.81), Toni Moya (Bermejo, m.46), Maikel Mesa (Germán Valera, m.46); Bakis (Mollejo, m.72) e Iván Azón (Sergi Enrich, m.90).

GOL: 0-1, m.69: Jair.

ÁRBITRO: Jon Ander González Esteban (Comité Vasco). Expulsó a Ángel (m.76) por agresión. Amonestó a los locales Sergio González (m.47), Soriano (m.88) y Amo (m.88) y a los visitantes Maikel Mesa (m.1), Fran Gámez (m.38) y Francés (m.82).

INCIDENCIAS: Partido de la tercera jornada de LaLiga HyperMotion (Segunda División) 23-24 disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 18.848 espectadores.

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