El Tenerife se esconde y lo paga con una goleada en Eibar
El Tenerife rozó el bochorno en Ipurua con un partido impropio de sus valores, una goleada dolorosa en su peor faena del curso. Garitano optó por quitar a seis jugadores que venían de ser titulares en la victoria frente al Espanyol y provocó un desempeño de los suyos entre desnortado y bajo de estima. El Eibar ganó porque fue mejor en todos los órdenes y en todos los tramos. Hasta el descanso para comprobar por dónde podía hacer daño y tras la pausa para echar mano de un golpe de talento de Stoichkov y luego de la pegada de Quique González. El 3-0 de Vencedor, con el rival desabrochado de cualquier rigor táctico, agrandó la herida sin necesidad.
Lo de las rotaciones de Garitano no es causa última de la tercera derrota del curso, pero sí origen de todos los males que vinieron después. Ausentes del once titular el eje que forman León, Corredera y Enric Gallego –también en el banquillo Mellot, Medrano y Waldo– perdieron los blanquiazules solidez por los flancos, seguridad en los duelos, campo cubierto y segundas jugadas con un nueve de ancla. Sin el ánimo del Heliodoro, lució que la autoestima también.
Otro día y contra un rival con menos veneno de medios arriba podría ser un buen plan. Incluso tras una hora mal aguantando el 0-0, podía sostenerse el argumento este de las rotaciones, que empezó siendo cosa de los equipos que competían en casa y en Europa y ha devenido obligatorio en cuanto el calendario se estrecha. El fútbol multifactorial de los mil análisis, el nutricionismo y el entrenamiento invisible no ha dado con un remedio para esta moda hecha plaga.
Así que los jugadores de la segunda unidad, que no la segunda unidad del Tenerife, se arrumbaron a un partido no ya sin brillo como ineficaz. Un cuerpeo con Buñuel no es como con Mellot, ni Nacho guarda el sitio como Medrano, ni Bodiger es un ocho que se acerque a Corredera. Y a Teto –antes con Ramis y ahora con Garitano– el fútbol le regaló una profesión en la que juega en el puesto que el fútbol no le regaló. Ángel, al fin, carece de una cabeza y medio cuerpo para hacer de Gallego. Se verá qué papel le reserva esta propuesta antes de que le coma la ansiedad.
Con jugadores de otro perfil o fuera de su puesto natural, hizo mucho el Tenerife con tapar mal que bien los ataques del Eibar, el equipo vertical que se esperaba para jugar con paredes por dentro o estrechando el campo para abrir las caídas por los flancos. No es que sometiera a Soriano, pero lo visto fue suficiente para descubrir un Tenerife medroso, incapaz de otra cosa que guarecerse, como fiado a un guion similar a la visita a Andorra, cuando sí le rentó conservar el empate para matar el choque en el último sexto.
Este sábado, el desenlace llegó con una hora consumida y porque visto lo visto, no podía llegar algo distinto. De un tiro soberbio con la pierna mala del ejecutor. Stoichkov, faltaría más. Le cayó un balón a la frontal del que no sacaría petróleo el común de los futbolistas, pero este Stoichkov de San Roque –otro artista gaditano– es capaz de hacerlo. Controló, se perfiló y le pegó rasa con una izquierda enguantada, justo entre el palo corto y la mano que lanzó Soriano hacia un imposible.
Para el 1-0, ya andaban en el campo Waldo y Corredera, pero el Tenerife mostraba la misma atonía. El Eibar ganaba en superioridad todos los duelos en la medular y con la pelota jugada se lanzó a hacer daño de cualquier situación con pinta de potable. Así el 2-0, después de una mala salida del Tenerife que cogió a los armeros recuperando en la zona de tres cuartos para armar el segundo remate letal después de sacar de su posición a medio equipo rival.
Con el resultado en franquía, el Eibar se aculó con orden, defendió con nueve por detrás del balón y dejó que el Tenerife se frustrara en una sucesión de caídas sin sentido cerca de Luca mientras afilaba el estoque con el que apuntilló una derrota hiriente, incomprensible frente a todo lo que había mostrado en las siete citas anteriores.
Cuando no encontró un rematador el Tenerife, tapó los remates el Eibar. Y cuando Teto tuvo la más clara –un tiro perdiendo el equilibrio que no encontró la dirección correcta– el tiro desnudó del todo al equipo de Garitano, un trasunto de esos aspirantes que no acaban de dar un paso adelante allí y cuando el guion de esta Segunda que regala nada exige un paso adelante a los llamados a la gloria.
(3) SD EIBAR: Luca, Tejero, Berrocal, Arbilla, Cristian (Ríos Reina, m. 69), Sergio Álvarez, Matheus, Corpas (Troncho, m.79), Mario Soriano (Vencedor, m. 87), Stoichkov (Rahmani, m. 87) y Quique (Qasmi, m. 79).
(0) CD TENERIFE: Soriano; Aitor Buñuel, Amo, Loïc Williams, Nacho; Sergio González (Corredera, m. 46), Bodiger (Pablo Hernández, m. 80); Teto, Roberto López (Waldo, m. 46) Luismi Cruz (Mo Dauda, m. 67); y Ángel (Enric Gallego, m. 67).
GOLES: 1-0, m.59: Stoichkov. 2-0, m.65: Quique. 3-0, m.90: Vencedor.
ÁRBITRO: José Luis Guzmán Mansilla (Comité Andaluz). Amonestó a Quique González (m.65), Corpas (m.70) y Qasmi (m.88) y al visitante Amo (m.47).
INCIDENCIAS: Partido de la octava jornada de LaLiga HyperMotion (Segunda División) 23-24 disputado en el estadio de Ipurua ante 4.754 espectadores.
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