El Tenerife gana tiempo con una victoria de arreones ante el Málaga

Teto conduce ante Febas

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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A empujones de fútbol directo, a campo abierto, el Tenerife ganó tiempo para seguir armándose con una victoria ante el Málaga tan justa en la suma de méritos como opacada por el gol que le puso en ventaja tras el 1-1 al descanso. Un penalti de Juanfran a Gallego, con el partido arrumbado a su último sexto, golpeó a los visitantes –ya en inferioridad por la expulsión de Bustinza– en lo que Teto cerraba la noche de su debut como titular con el tercero.

Al Tenerife, otra vez, le pesó la ansiedad del que juega a impulsos y mezcla los que acaban con premio con los estériles que solo cargan las piernas. Justo como está de fuerzas y de relevos que igualen a los titulares, el que mejor se dosificó fue el novato en el once de Ramis. Teto fue titular por primera vez –y no parece de circunstancias el papel– aguantó más que Waldo, Garcés o Corredera y firmó noventa minutos espléndidos.

El grupo de Ramis llegaba solo un poco menos presionado a la cita del lunes que un Málaga agobiado por la falta de puntos y el cuestionamiento a Guede. El técnico sale a punto de cese de la derrota en el Heliodoro y en el pecado puede que incluya la tardía apuesta por el único delantero que dio sentido al juego de los suyos. En lo que Fran Sol y Rubén Castro quedaban intrascendentes, la media hora de Loren Zúñiga casi le cuesta un disgusto a los locales.

El Tenerife, como frente al Racing, eligió la vía sencilla para hacer daño. Sacó siempre más petróleo de la pelota al espacio para Waldo, de las galopadas de Mellot –corre el francés por él y por un par más– y de la contra a campo abierto resuelta por Teto en gol. Sin Dauda para jugar por dentro y sin el ritmo alto que le dio Jurado el día del Lugo, todo lo bueno vino de la recuperación en la primera línea de presión para armar un ataque de dos pases y remate.

Así cayó el 1-0, una obrita de arte de Waldo, primero ganando un esprín de veinte metros a Juanfran para caer solo en el área, poner un segundo de pausa y encontrar la caída de Gallego, que no perdonó con un remate seco que iba dentro –vencido Reina­–, pese a la intercepción de Javi Jiménez para meterla antes de tiempo.

Puesto en ventaja, en lo que el Tenerife dudaba entre ir a por el segundo o guardarse las espaldas, el Málaga se repuso lo suficiente para ordenarse un tanto y aprovechar un balón colgado al área y mal negociado por Sipcic. Su primer despeje no fue trágico, el definitivo un sinsentido. La puso de cabeza, mansita, para que cayera al punto de penalti. Gallar no pudo imaginar semejante regalo. Libre de marca, enganchó una volea violenta a pierna cambiada imposible para Soriano.

La vuelta de la pausa cambió el guion con la expulsión merecida de Bustinza. El Tenerife se entregó a la misma propuesta de antes y en una jugada a la que fueron Gallego y Juanfran cayeron ambos, el defensa por delante del delantero, en una pugna que el árbitro (y el VAR) entendieron como penalti. A la vista, no llegó a penaltito; es que ni lo pareció.

Pero siendo todo bueno para el convento blanquiazul, ahí se plantó Gallego para recuperar la ventaja con el engaño al portero. Con ventaja de marcador y de efectivos, el Tenerife se manejó timorato en la salida y contemplativo ante el dinamismo de Loren, que refrendó los andares de buen futbolista que luce sacando de quicio cayera donde fuera. En una casi letal (m.84) se asoció con Chavarría y le desbarató el remate plantado ante Soriano un corte a los pies de Mellot.

¿Mellot? El lateral anda por encima del resto en fondo y velocidad. Se inclina más al regate o la conducción que al pase de seguridad y llega a la línea de puerta con una frecuencia repetida que le asimila, cada semana que pasa, con el mejor Moore, solo que este Mellot defiende más y mejor.

El Tenerife vivió del aire que le dio el francés, del oficio de Gallego para cambiar de rol cuando pisó el área de Soriano –o cuando ensució la salida del Málaga– y de lo que fue capaz Waldo en los duelos en los que saca una marcha extra para hacerse con balones imposibles para el resto. Contempló el reencuentro, impensable este septiembre, de Larrea y la solvencia de Iván Romero delante o detrás, a un paso –eso parece– de ser titular.

Y sobrevivió siempre –sería incomprensible no destacarlo– del sentido del fútbol que muestra Teto, un chico que no sabe maltratar el balón ni a posta, corre solo a lo que sabe que puede llegar y pone un segundo de pausa infrecuente en jugadores sin rodaje profesional. Todo lo que tocó, salvo un remate de cabeza que atacó sin la fe suficiente, salió mejorado, aunque en la siguiente el fútbol lo premió con un gol con el que rindió a un Heliodoro entregado al chico que soñaba con ser como Omar Ramos y ya está en el camino.

(3) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sipcic, Carlos Ruiz, Nacho; Waldo (Appiah, m.72), Aitor Sanz, Alex Corredera (Larrea, m.68), Teto (Aitor Buñuel, m.89); Borja Garcés (Iván Romero, m.68) y Enric Gallego.

(1) MÁLAGA CF: Manolo Reina; Juanfran, Escassi, Bustinza, Javi Jiménez; Álex Gallar (Chavarría, m.64), Febas, N’Diaye (Dani Lorenzo, m.83), Fran Villalba (Genaro, m.64); Rubén Castro (Loren, m.64) y Fran Sol (Juande, m.64).

GOLES: 1-0, m.17: Enric Gallego. 1-1, m.42: Álex Gallar. 2-1, m.76: Enric Gallego. 3-1, m.85: Teto.

ÁRBITRO: Iván Caparrós Hernández (Comité Valenciano). Expulsó a Bustinza (m.58) por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Iván Romero (m.90+2) y a los visitantes N'Diaye (m.82) y Dani Lorenzo (m.90+3).

INCIDENCIAS: Partido de la sexta jornada de LaLiga SmartBank 22-23 disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 10.177 espectadores.

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