El Tenerife, peleado con la puntería, permite que gane el Eibar

Sipcic despeja ante Aketxe

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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No hay más que esto. Un equipo entregado lo mejor que sabe para ganar, pero peleado con la letalidad. Tantos remates mal resueltos –y tanto orden defensivo– y una sola concesión, suficiente para este 0-1 frustrante y doloroso. Le quedaba al Tenerife una carta para agarrarse a la quimera del sexto puesto y le chafó la tarde, como la temporada anterior, la eficacia de este Eibar al que le sobran futbolistas para aspirar al ascenso.

La tercera derrota casera del curso devolverá al grupo de Ramis al pelotón de los quieren quitarse la complicación de la pelea por la permanencia y no aspiran a más. En el arranque del terrorífico marzo que le aguarda (Oviedo, Las Palmas y Alavés hasta final de mes), sometió a ratos al Eibar, le cayó por las bandas y le remató una y otra vez sin éxito, en lo que barruntaba la certeza de que sin pegada no puede pretender nada distinto que llegar cuanto antes al campamento base.

Devuelto al campo Waldo y al otro flanco Iván Romero, juntando las líneas para obligar al Eibar a jugar a la corta en lo que cerraba líneas de pase por dentro, hicieron suya los blanquiazules las fases más brillantes del partido, antes con la capacidad de Nacho para colocarla larga a la espalda de la zaga, luego en una segunda parte con los chispazos que generó el regreso de Waldo al encuentro cuando halló espacios para conducirse.

De esto y de aquello le brotaron al Tenerife situaciones de riesgo en lo que el Eibar sufría por la ausencia de sus laterales titulares, por la renuencia de Corpas a juntarse con Sergio Álvarez para cerrar la banda izquierda local y por la incapacidad –conocida– de Javi Muñoz para apuntarse a la brega en los balones divididos con un animal futbolero como Aitor Sanz. Solo Arbilla ensució lo justo por su lado para que el flanco diestro no se abriera también en canal y le facilitara a Waldo los despliegues.

Por la banda siniestra, tan pronto como en el minuto 3 tuvo un mano a mano Romero con Luca que no atinó a interpretar en la suerte definitiva. En el 10 la prolongó Corredera, se apareció Nacho y se le hizo la noche. En el 20, más atinados este sábado los de Ramis para sacar cierto fruto del balón parado, armó Nacho una volea espléndida en la frontal que se encontró con la defensa bien colocada. En el 30, otra asistencia de Nacho a Romero resuelta inocentemente. Y ya en desventaja, en el 43, un misil de Waldo que rechazó Luca sin que nadie llegara al rechace. Fue tanta la producción del Tenerife como eficaz la gestión del Eibar con la jugada eléctrica con la que decidió el partido.

En la única conexión a la corta en el área que permitieron los locales, se asoció Bautista con Corpas, se sacó un regate seco el jienense para quitarse de encima a Nacho y armó un remate a media altura que cogió a Soriano con demasiado ángulo para taparlo. El 0-1 explica este mérito del Eibar tantas veces repetido. Es capaz de resguardarse del rival para jugar sin más a mantener su puerta a cero porque sabe que la probabilidad de no fallar cuando remate en ventaja es altísima.

El Tenerife y el Heliodoro se apagaron lo justo con lo de Corpas, porque a la vuelta del entreacto avisó Waldo (m.47) con un centro que se envenenó en lo que iba cogiendo parábola y mutaba en remate. La desvió como pudo Luca y, como siempre, no surgió nadie para la segunda pelota, otra carencia esta que tanto daña el despliegue generoso que distingue al Tenerife del invierno.

Garitano jugó con la carta de los cambios otra baza ganadora. Le sobran laterales lesionados tanto como atacantes de refresco, así que en un cuarto de hora ya había relevado a extremos y puntas, suficiente para meter miedo con el balón parado de Aketxe o para fijar a los centrales con la brega de Gustavo Blanco. Con eso le bastó visto el cansancio de Corredera, la lesión que llevó al banco a Aitor, el ingreso frío de Jurado o la salida destemplada de Elady, de nuevo en la versión hiperventilada que esconde sus virtudes.

Casi a la heroica en lo que el Eibar se abrochó con la segunda unidad, tuvo al cabo la mejor de esta fase el Tenerife con un cabezazo de León a la salida de un córner (m.57) salvado por Luca en la línea y un tiro del mismo central –cómodo para el portero– después de una conducción rompiendo la segunda línea armera.

En su hábito contrario a cualquier épica voluntaria, Ramis metió a Teto con el partido muriendo, descartó a Dani Selma como relevo de un Gallego extenuado o como tercer delantero y se fio a un guion que en el último sexto de poco servía. Ganó el Eibar, letal en la única que tuvo, y volvió a caer el Tenerife presa de una candidez en la pegada que revela por sí misma este tránsito frustrante en la temporada siguiente al ascenso que no fue.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sipcic, José León, Nacho; Waldo (Teto, m.82), Álex Corredera, Aitor Sanz (José Ángel, m.73), Iván Romero; Borja Garcés (Elady, m.73) y Enric Gallego.

(1) SD EIBAR: Luca; Sergio Álvarez, Venancio, Berrocal, Arbilla; Nolaskoain, Javi Muñoz; Corpas (Vadillo, m.66), Soichkov (Aketxe, m.66), Rahmani (Quique, m.66); y Bautista (Blanco Leschuk, m.59).

GOL: 0-1, m.35: Corpas.

ÁRBITRO: Alejandro Quintero González (Comité Andaluz). Amonestó a Elady (m.83) y a los visitantes Corpas (m.1), Bautista (m.18) y al entrenador Gaizka Garitano (m.79).

INCIDENCIAS: Partido de la trigésima jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 13.220 espectadores. La reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, Adriana Peña Fumero, hizo el saque de honor.

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