María Pérez: “Siempre he tenido la libertad de dar mis puntos de vista, aunque sean contrarios a la postura oficial”

María Pérez Canino.

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

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María Pérez Canino es la actual presidenta del Colegio de Árbitros de la Federación Canaria de Tenis de Mesa y a pesar de su corta edad es capaz de coordinar, organizar y dirigir a un equipo de más de 50 personas en todo el archipiélago.

Esta graduada en Matemáticas ha sido desde muy joven una practicante y amante del deporte, compitiendo a nivel nacional en diferentes temporadas y en diferentes equipos. Hoy la traemos a nuestras páginas para conocer un poco más de su actual ocupación.

Es usted presidenta del Colegio de Árbitros. ¿Cómo alguien tan joven consigue un puesto de esa responsabilidad?

“Pues cuando las circunstancias se conjugan a veces dan resultados inesperados. La entrada de la nueva Junta Directiva de la Federación coincidió con la decisión del anterior responsable de no continuar con su labor, por lo que era imperioso encontrar una persona que lo sustituyera. Ni corta ni perezosa, y dado que había colaborado mucho con el anterior presidente de los árbitros, le propuse al presidente de la Federación que creía estar en condiciones de hacerme cargo de esa tarea, exponiéndole que siempre he estado muy involucrada en este deporte, en sus diferentes facetas.

Desde muy joven comencé a arbitrar, por lo que a pesar de mi corta edad ya acumulaba una buena experiencia. Además, le expuse que me tenía por una persona muy responsable en todo lo que hacía.

Y debo reconocer que lo puse en un compromiso, porque ya por aquel entonces contaba conmigo para la directiva de la Federación y creo que no sabía cómo decirme que no, para no quedar mal conmigo.

Pero bueno, al final se decidió a confiar en mí y la verdad que hace poco me felicito porque las tareas encomendadas salían razonablemente bien y se sinceró al decirme que tenía muchas dudas al principio“.

¿Cómo en su relación con los árbitros en general y con los más antiguos en particular?

“En general es buena y con los más antiguos en particular también lo es, de hecho, muchos de ellos me han visto crecer. Es un puesto complicado que en ocasiones puede crear puntos de vista diferentes y es lógico que surjan roces de toda índole. Piense que cada mes hay que hacer un calendario con las personas que van a arbitrar los diferentes encuentros, que están situados geográficamente en diferentes sitios y no siempre se consigue contentar a todos”.

¿Qué es lo más complejo de su trabajo?

“En esta tarea tienes que tomar muchas decisiones que afectan a un colectivo bastante heterogéneo y hay que conseguir un equilibrio bastante inestable para que nadie se sienta contrariado. No es lo mismo pitar un encuentro en Santa Cruz que hacerlo en Garachico --hablo de distancias--, no es lo mismo pitar un encuentro de Tercera División que uno de Primera --hablo de complejidad--, no es lo mismo convocar a unos árbitros para un campeonato que para un torneo y así toda una serie de cuestiones que debes valorar antes de las designaciones.

De todas formas, me da bastante tranquilidad el apoyo que siempre recibo de mis compañeros de junta y del presidente“.

Aparte del Colegio de Árbitros es también miembro de la Junta Directiva de la Federación.

“Si, soy vocal de la Junta Directiva de la Federación y entorno a esto hay una curiosa historia, porque cuando el actual presidente estaba valorando si presentarse o no, se puso en contacto conmigo para ver si tenía mi apoyo. La verdad es que fui bastante sincera y le contesté que no conocía sus intenciones ni su programa, por lo que en esas condiciones no podía brindarle mi apoyo. No me dijo nada más y pensé que a lo mejor se lo había tomado a mal. Pero mira por donde, al poco tiempo, y cuando ya se sabía que saldría elegido porque era la única candidatura, me volvió a llamar para ofrecerme pertenecer a su Junta Directiva”.

¿No parece contradictorio defender al colectivo de los árbitros y a la vez pertenecer a la Junta Directiva que en principio parecen ser sus jefes?

“No, de hecho, desde mi puesto como vocal, puedo llevar de manera más directa las inquietudes de los árbitros a la Federación. A pesar de ser mis jefes, siempre he tenido la libertad de dar mis puntos de vista, aunque sean contrarios a la postura oficial”.

Según tu punto de vista, ¿cuáles son las fortalezas y cuáles las debilidades del equipo de gobierno de la Federación?

“Creo que la principal fortaleza es que somos un grupo muy trabajador, con muchas ideas distintas, lo que nos permite enriquecer las propuestas que se llevan a cabo. Esto viene fomentado por una manera de ejercer la presidencia muy participativa. La prueba más evidente de lo que digo es que durante todos estos meses de incertidumbre por la pandemia, nos hemos estado reuniendo por videoconferencia aproximadamente cada 15 días, para poder ir dando respuestas a medida que la situación iba cambiando. La debilidad más grande, en la que me incluyo, es la cabezonería. Creo que cuando adoptamos una postura nos cuesta abandonar nuestros posicionamientos, por muy bien que nos argumenten los de posiciones contrarias”.

¿Cómo trata el tenis de mesa a las chicas?

“No las trata mal, pero siempre he sido fiel defensora de que se puede mejorar. Por ejemplo, no veo justo como se juega la Primera División Femenina respecto a la Primera División Masculina”.

¿Algo que añadir?

“Creo que quizás lo que resta es invitar a todo el mundo a que se acerque a este maravilloso deporte y en particular a las chicas, porque les permite enriquecerse con unos valores y unas prácticas que vienen muy bien para el día a día de tu vida”.

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