Silva y Pedro entran en el 'Olimpo'
El grancanario David Silva se ganó en la final ante Italia un hueco entre los grandes de la historia del fútbol, consiguiendo un gol en una gran final y siendo un de los pocos que ha participado en la 'Triple corona' cosechada desde 2008. El futbolista de Arguineguín ha puesto el mundo a sus pies con una demostración de control, pases y calidad al alcance de muy pocos, incluso dentro de la propia Selección.
En la final, apareció para ser determinante siendo el artífice de la primera bala y contagiando a todo el país con su entusiasmo por hacer historia y conseguir lo que ningún equipo hasta el momento. Una zurda de oro que aún tiene muchas alegrías que dar tentó a su equipo como a la selección, siendo un orgullo para todos los canarios.
En el partido, apareció en principio por banda izquierda, tratando de sorprender a la defensa italiana, aunque poco después volvió a su lugar natural en el carril del diez. Entonces, en los mejores minutos de juego español, un balón para Cesc a la espalda de la defensa lo aprovechó apurando línea de fondo para poner el balón en la cabeza de Silva, que abría la lata italiana y conseguía el primer gol de un jugador isleño en una final. Un auténtico golazo, colocando el cuero en la escuadra izquierda, imposible para Buffon.
Con el marcador favorable, el canario se dejaba ver mucho más en posiciones defensivas, haciéndole muy bien las ayudas a Arbeloa para frenar a la escuadra italiana tras el gol, pero cuando robaba España salía como una flecha hacia la portería contraria organizando el contragolpe.
Poco antes de marchar a vestuarios, Silva volvió a gozar de una buena oportunidad con la que redondear el marcador, tras el segundo tanto de Jordi Alba. El canario recibió en la frontal y sin pensarlo dos veces buscó la meta italiana, pero su disparo centrado lo atrapó sin mayores problemas Buffon.
El jugador de Arguineguín, de nuevo más apagado en la segunda mitad, fue el primer cambio de 'La Roja', dejando su lugar a Pedro para intentar aprovechar los espacios que dejaba Itala al volcarse sobre la portería de Casillas.
Pedro, un suplente de oro.
Tras algunas dudas, Del Bosque decidió llevarse al canario a la Euro tras el gran final de año que realizó con su equipo, tras recuperarse de su lesión. El tinerfeño, que no participó ni un minuto en la fase de grupos, irrumpió en los partidos importantes, a partir de cuartos, como ya lo hiciera en el Mundial. Su velocidad en las segunda partes destroza a las defensas rivales, siguiendo con insistencia la pelota y buscando siempre la mejor opción.
En la final, Pedro protagonizó la primera jugada de peligro a poco de entrar, incorporándose por banda izquierda y poniendo un peligroso centro al área pequeña donde espera Cesc, pero la zaga azzurra estuvo atento para despejar. Se peleaba con la defensa por cada balón, que con el paso de los minutos iban cada vez dando más oxígeno al combinado español. El tinerfeño se atrevía incluso a disparar a puerta, buscando en más de una ocasión la meta de Buffon, pero sin conseguir hacer gol.