Espacio de opinión de Canarias Ahora
Canarias, con voz y voto
A nadie se le escapa que la denominada “cuestión territorial” será uno de los temas centrales del debate político durante el año venidero. Suceda lo que suceda en las elecciones catalanas, la Comisión Territorial recientemente constituida en las Cortes no podrá maquillar el que es precisamente uno de los flancos débiles de la Constitución aprobada en 1978. La incapacidad de dicho texto para acompasar los enormes cambios habidos en la sociedad española, el distanciamiento de una mayoría ciudadana que no pudo votarla en su momento y las muestras inequívocas de agotamiento del Estado de las Autonomías hacen previsible una reforma constitucional en un horizonte no demasiado lejano. Ahora bien, ¿qué cambios incluirá dicha reforma? ¿Serán propuestas de largo alcance o meros retoques con el fin de prolongar la que se considera generalmente como una buena solución para el contexto en que nació?
Es poco objetable que las respuestas a las preguntas anteriores dependerán, en gran medida, de las fuerzas y mayorías sociales que intervengan en el debate político. Es algo que incluye pero que va más allá de los partidos políticos y hasta sus electorados. Las grandes tendencias dentro de la sociedad, los amplios consensos son quienes, en última instancia, acabarán definiendo si, por ejemplo, se camina hacia un Estado federal avanzado, con mayores niveles de descentralización o se inicia, por contra, un proceso de recentralización donde los poderes centrales vuelvan a asumir determinadas competencias hasta ahora delegadas a las autonomías. Y todo esto, con debates de gran calado, como son la financiación del Estado y sus partes, la igual o desigual distribución de competencias y hasta la posibilidad de arbitrar una fórmula satisfactoria para el ejercicio del derecho de autodeterminación de alguna comunidad en la estela de los casos quebequés y escocés.
Canarias no debe permanecer al margen de estos debates, por más que sea probable que ningún canario participe en la citada Comisión Territorial. Toca inaugurar un tiempo de discusión en el que la ciudadanía canaria debe participar en la redacción de sus propuestas para la que es, sin lugar a dudas, la autonomía con mayores singularidades de todo el Estado, no sólo desde una perspectiva histórica sino también estructural, las cuales han sido incorporadas a, entre otros textos, la Constitución Europea. Nadie puede argüir con mayor contundencia el derecho que Canarias tiene a no ser tratada de manera igual, y por tanto injustamente, a los territorios continentales. Nos hallamos en Canarias, cabe decirlo, ante un momento constituyente que no puede ser abortado, como en el 36, ni rebajado de contenido, como en el 78. Es momento de remangarse y elaborar el nuevo pacto, que ponga en hora a una sociedad como la nuestra con el tiempo histórico que le ha tocado vivir. Hay que redefinir el marco y el vínculo con el Estado español en el fondo y forma que mejor considere la ciudadanía canaria.
No se parte de cero. La propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, actualmente en discusión en las Cortes, constituye un punto de partida válido para la tarea por realizar. Dicha reforma incluye, junto a aspectos más discutibles, elementos de interés, que refuerzan nuestro autogobierno y que consolidan derechos sociales y políticos avanzados. Ahora bien, dicho texto no puede ser un punto de llegada cuando el resto de las autonomías hablen alto y claro en el debate sobre la Reforma de la Constitución. No podemos resignarnos a ser menos que nadie, sobre todo habida cuenta de la más que singular condición política, económica, social, geográfica, cultural, etc. de nuestra tierra. Toda la sociedad canaria tiene ante sí la posibilidad de participar en la construcción de la arquitectura esencial de un archipiélago que mire sin miedo ni complejos el futuro. Un referéndum al respecto sería la mejor garantía democrática para el nacimiento del nuevo pacto. Así debe ser entendido también más allá de nuestras fronteras. A fomentar la participación, el consenso y la voluntad democrática se dedica el Manifiesto “Canarias, con voz y voto”, que invito a leer y suscribir. Nos va demasiado en la partida como para permitir que sean nuevamente otros quienes decidan por la sociedad canaria. Seamos esta vez dignos hijos e hijas de nuestro tiempo sentando las bases de la nueva democracia canaria.
José Miguel Martín. Presidente de la Fundación Canaria Tamaimos.
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