Coalición Canaria hace aguas

No digo que no haya buenas intenciones en algunos nacionalistas, estoy seguro que algunos de las siete islas ven con pena y frustración lo que está pasando en Coalición Canaria, pero la verdad es que de los actuales dirigentes, pocos se salvan políticamente hablando, que de las cosas penales ya se encargan los jueces. Creo. Pero si a Román Rodríguez se le cruzan los cables cerebrales y decide un arrejuntamiento, vaya contratando un abogado por si acaso, y de paso se acoja a la tercera enmienda. O la cuarta, me da lo mismo.

Cuando veo el telediario en alta mar, en el crucero de mi amigo rico del Partido Popular, me doy un coscorrón tremendo contra la bitácora, o el trambuco, vaya usted a saber, porque no salgo de mi asombro escuchando a Paulino Rivero haciendo un análisis de las elecciones del pasado 7 de junio para el Parlamento europeo, y botellas de vino de Burdeos. Pierdo la conexión wifi último grito al pescar mi amigo un pez espada de siete metros, y por fin me quedo desconectado, viendo en el horizonte el contorno de Gran Canaria a la altura de Veneguera.

En un momento de quietud en el atardecer, le digo a mi amigo sin anestesia: “Oye, ¿y si se construyeran hoteles y bungalows de lujo en Veneguera, como lo verías?

Me mira con los ojos avidos, en donde veo billetes de 500 euros, y abriéndome una lata de caviar beluga, y una botella de champán francés, me pregunta solícito: ¿Y que partido apoyaría? Le contesto observando su reacción qué a lo mejor Coalición Canaria y Nueva Canarias, y me devuelve la pelota al fondo del mar diciéndome con énfasis: ¡me hago nacionalista!

Más claro el agua cristalina de Los Secos y Veneguera.