Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cobardía moral
Son actitudes jaleadas por políticos poco escrupulosos. Como el alcalde de Alhaucín vociferando que lo suyo era un ataque al PP y acusando al Gobierno de detener a alcaldes honrados y poner en libertad a etarras. O el macho Soria, que pone el principio y el fin de la corrupción en López Aguilar: total, vienen a decir, para el PSOE, que mata, secuestra y roba cuando le viene bien, es una insignificancia elaborar listas de personas a perseguir y ordenar después al aparato del Estado (policías, fiscales y jueces) proceder contra ellas.Cree la derechosa que la gente no razona. Sería sobrehumana la capacidad de López Aguilar para compinchar a centenares de funcionarios y a sus respectivos cuerpos y hacerlos delinquir contra el PP; en Canarias y en el resto del país, donde no son chicos los escándalos. Sería, además, milagrosa en la era del ADN borrar las huellas de tan perverso uso del aparato del Estado. La tesis soriana es tanto más inverosímil cuanto que los mandados son hijos de su padre y de su madre. Como informara ayer, en La Provincia, Pedro Guerra, los fiscales y magistrados intervinientes profesan diversas ideologías, por lo que resulta ocurrencia de extraterrestre afirmar que arrían sus disparidades para obedecer, sin rechistar, las órdenes de López Aguilar. Éstas, recuerden, constituirían delito contra la independencia judicial, que, aparte de pilar del Estado de Derecho, es principal activo de la carrera judicial: ¿Puede creerse alguien, de verdad, que jueces y fiscales no denunciarían algo así, a título personal o a través de sus asociaciones profesionales? La bulla procura reducir estos asuntos a batallas políticas, relativizar indicios y difuminar la presunta participación de determinadas personas; no para ayudarlas en el trance sino a fin de escaquear las responsabilidades de quien, por su cargo público y jerarquía dentro del PP, fue cuando menos negligente en la vigilancia y el control. Responsabilidades penales habrá las que estimen los jueces, pero son las responsabilidades políticas las que tratan de salvar con la bulla. A Soria, que de él hablo para no variar, le importa menos la suerte de los imputados que su palmito político. Una forma de cobardía moral. Tener a la gente saltando es el modo de impedirle pararse a pensar y discernir, que no somos idiotas.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0