Unas cuentas solidarias para Canarias

El proyecto de Ley de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias para 2017 inicia su andadura parlamentaria. Resulta necesario recordar que las cuentas continúan arrastrando un déficit de financiación de los servicios públicos esenciales por el Gobierno de España.

Aunque celebremos que en la presente legislatura, Mariano Rajoy por fin vaya a abordar la reforma del sistema de financiación que está pendiente desde 2014, empujado por una mayoría parlamentaria ajena al PP, lo cierto es que este presupuesto, como los dos anteriores, sigue estando condicionado por esta circunstancia.

Si algo ha caracterizado los presupuestos del Gobierno los últimos años es la prudencia en la estimación de los ingresos y el marcado carácter social de los gastos. En este sentido, en el presupuesto vigente, las previsiones de crecimiento para 2016 del PIB regional eran del 2,8 por ciento, pero en el interanual del segundo trimestre, Canarias ya acumula un 4,1 por ciento de crecimiento respecto al segundo trimestre de 2015.

Se preveía además una creación de empleo del 3,5 por ciento y una disminución del paro del 1,8 por ciento o, lo que es lo mismo, una tasa de paro del 27,9 por ciento. Hoy, según la EPA, la tasa de paro se sitúa en el 26 por ciento y ha disminuido dos puntos y medio.

Quienes el año pasado, por estas fechas, dijeron que estos presupuestos no iban a servir para crear empleo tienen muy poca credibilidad hoy para seguir con el mismo discurso en cuanto a los de 2017. El Gobierno de Canarias ya preveía la posibilidad de un crecimiento por encima del tomado finalmente como referencia, pero los condicionantes eran los que eran y había que partir de certezas razonables para una correcta ejecución presupuestaria posterior.

Se podía haber caído en la tentación de solucionar problemas políticos engordando unos presupuestos que dejaran contentos a todo el mundo. Sin embargo, por lo que se optó fue por seguir un criterio que nos había dado muy buenos resultados en los últimos años: la prudencia y la responsabilidad.

Frente a esta responsabilidad, el PP en Canarias sigue empeñado en que bajemos los impuestos, en que incrementemos los servicios, en que demos más recursos a las entidades locales…, en definitiva, en que hagamos magia presupuestaria. Imagino que será la misma magia que ha colocado a España a las puertas de una sanción por la nefasta política fiscal de Mariano Rajoy.

Este Gobierno continúa en la línea de seguir reforzando los servicios públicos fundamentales, sigue marcando unas prioridades claramente sociales. Estos no son sólo unos presupuestos que incrementan las partidas de carácter social.

Son unos presupuestos que, además, consolidan los incrementos que hemos aprobado en los últimos años. No son sólo unos presupuestos que dan una respuesta social a la crisis, sino que reafirman la salida de la crisis con unos derechos sociales que, en materia de prestaciones, están cada vez más consolidados.

Son unos presupuestos que van a sacar a Canarias de la cola de la dependencia, destinándose en 2017 a prestaciones económicas casi lo mismo que en la suma de los ejercicios 2014 y 2015. Son unos presupuestos que garantizan la PCI como un derecho no sujeto a limitaciones presupuestarias: en 2017, el Gobierno de Canarias se va a gastar en PCI casi lo mismo que en los ejercicios 2011, 2012 y 2013 juntos, en un claro ejercicio de redistribución de la riqueza hacia los más débiles.

En el archipiélago se aplicará la nueva ley estatal del menor pagando hasta 5,8 millones de euros para las familias que acojan menores en desamparo y, por si algo en el sistema falla, el Ejecutivo regional crea un nuevo programa para familias con menores en riesgo de exclusión social con 1,7 millones.

En cuanto a educación, celebramos que su presupuesto se refuerce en 42 millones, que crezcan las ayudas para comedores y desayunos escolares, que aumenten las ayudas para libros de texto, que se mantengan los incrementos de otros años para becas universitarias, que se ponga en marcha un programa de ayudas para el transporte de estudiantes de islas no capitalinas a Tenerife y Gran Canaria.

Estamos satisfechos de que podamos contar con 25 millones más para garantizar las coberturas del personal docente, de que en dos años se haya duplicado el esfuerzo inversor del Gobierno en infraestructuras educativas, tal y como veníamos reclamando, un mensaje claro de nuestro compromiso con la educación como garantía de progreso de una sociedad.

En materia sanitaria, lo que más le preocupa al Grupo Parlamentario Socialista Canario no es lo que se presupuesta, sino lo que realmente se gasta, pero es cierto que lo que se presupuesta es un buen indicador de lo que finalmente se va a poder gastar. Por eso es una buena noticia que en 2017, el Servicio Canario de Salud vaya a incrementar sus recursos en más de 75 millones de euros.

También resulta muy positivo que de esos 75 millones, 50 vayan para personal, y por eso también valoramos en su justa medida que Atención Especializada tenga el mayor presupuesto desde 2010. Y no hace falta ser muy inteligente para entender que el gasto real sanitario será el necesario para cubrir la demanda sanitaria y que la tendencia es el incremento de presupuesto en sanidad para ir acercando la convergencia con dicho gasto.

Estamos ante unas cuentas solidarias para 2017 que atenúan las nefastas consecuencias de la crisis para la ciudadanía de Canarias, que también afrontan sus causas estimulando los distintos sectores productivos y apuntalando el despegue en la creación de puestos de trabajo, sin olvidar las políticas activas de empleo, que ven incrementado su presupuesto en 30 millones.

En definitiva, este nuevo presupuesto es de ambicioso alcance y gran calado en todos los ámbitos, sensible con la ciudadanía, que alumbra un camino de mejora del gasto público y de la capacidad de inversión. De nuevo se prioriza el ámbito social, sanitario, educativo y de empleo. No verlo así es negar la realidad; no hacerlo así sería defraudar a Canarias.