Economía para dummies (yo incluida)

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Son pocas -poquísimas me atrevería a decir- las personas que logran comprender en su totalidad la información económica y financiera con la que a diario se llenan los espacios informativos locales y nacionales.

Creo que son aún menos las personas que pueden seguir con conocimiento de causa los enfrentamientos o debates que mantienen los políticos de todos los signos en materia económica día sí y día también.

La ausencia de conocimientos de macroeconomía, la palabrería que habitualmente se utiliza, la flexibilidad de las cifras que se tuercen para darle la razón a cualquier análisis y el desconocimiento generalizado sobre cuáles son las vías de financiación de las administraciones públicas, más la complejidad de la regla de gasto, hacen que la gran mayoría de la población española viva de espaldas a esta información, pese a ser la clave de todo el sistema democrático porque determina el uso que se le da a los fondos públicos que, a su vez, emanan de cada uno de nosotros.

En realidad, la mayoría oímos de refilón cosas como el techo de gasto, las cláusulas europeas, y el reparto de fondos por comunidades autónomas, y uno, como mucho, trata de extrapolar lo que hace con su dinero a lo que haría si de él dependiera el futuro de todos los españoles. Con ese pequeño pensamiento de escasos segundos nos sentimos capacitados para decidir si la clase dirigente española y canaria lo está haciendo bien o no. Si hacen con los fondos públicos lo que yo haría, entonces, lo están haciendo bien, pero como vayan a la contraria, hay que procurar que sean relevados cuanto antes… aunque, en realidad, no me entere demasiado bien de qué va la cosa ni en qué consiste la gestión.

Es triste, pero es así.

No se trata ahora de convertirnos todos en economistas, pero sí de tener más sentimiento y pensamiento crítico, de estar más pendiente a qué se destinan los fondos y, sobre todo, de ser más exigente con la gestión pública.

Por ejemplo, ¿Se han parado a pensar cómo se habría podido afrontar en Tenerife la pandemia si los hospitales del norte y del sur estuvieran funcionando tal y como fueron proyectados? O ¿cuál sería la situación económica presente y a corto plazo del Archipiélago si en los últimos 30 años se hubiera apostado por la diversificación y no solo por el turismo? O¿cómo estaría hoy Canarias si no se hubiera producido el expolio de miles de millones de euros en decenas y decenas de casos de corrupción que han salido a la luz y de aquellos de los que aún no nos hemos enterado?

Es una pena que el hartazgo por la COVID-19 y por las medidas para tratar de darle esquinazo de una vez por todas nos tengan con la cabeza loca como para ponernos a pensar sobre dónde está nuestro dinero y a qué se ha destinado todos estos años, así que nos siguen mareando con cifras y más cifras todos los días.

Ahora el foco está puesto en que de Europa van a llegar miles de millones de euros de ayudas. Es una buena noticia, la mejor posible, pero en realidad también nos da igual, si nos dieran a elegir preferiríamos menos millones y más vacunas y autorizaciones para estar y abrazar a nuestra gente sin miedo cuanto antes.

Parece que las comunidades autónomas se están peleando entre ellas por recibir más ayudas y nos parece bien porque, gracias a 30 años de gobierno de Coalición Canaria, tenemos grabado a fuego aquello de que a las Islas siempre se las trata mal si no sale uno a protestar y a armarla públicamente, así que, presidente Torres, pase lo que pase usted proteste y diga que necesitamos más que los demás porque aquí estamos más lejos y peor que nadie. No sabemos si es verdad, porque no tenemos ni idea de cómo están en Soria, Albacete, Jaén o Vigo, pero si no lo dice no nos vamos a quedar tranquilos y bien representados.

Por su parte, el vicepresidente y consejero de Hacienda, Román Rodríguez, lleva más de un año diciendo a diestro y siniestro todos los fondos que se han podido conseguir y más que van a venir y el esfuerzo que se está haciendo y las ayudas a las empresas y suma y sigue. Está muy bien, pero claro, luego la consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana, dice que de todo ese dinero del que hablan el presidente y el vicepresidente a su departamento ha llegado más bien poquito y que ella está haciendo auténticos encajes de bolillos para que no se muera la gente o de hambre o esperando por una ayuda de dependencia. Y claro, aquí ya saltan las alarmas porque si el grueso del dinero público no ha ido a salvar de la exclusión a los miles de canarios que se ha llevado la pandemia por delante… ¿entonces, dónde está?

En realidad, aunque no los traten de explicar no lo vamos a comprender; primero, porque como ya ha quedado claro, la mayoría de nosotros no nos enteramos de la misa la mitad, y, segundo, porque ya venimos de una crisis económica muy gorda en la que, de repente, los bancos quebraron, se quedaron sin dinero, pincharon la burbuja inmobiliaria y se llevaron por delante a miles de españoles y a buena parte de los fondos públicos hasta hacernos morder el polvo a todo un país; pero lo que nunca nadie ha sabido explicar con claridad es a dónde fue ese dinero…. Me refiero al que perdieron primero y al que recibieron de todos nosotros después.

Quizás, si alguien sabe dónde está, ahora se podría recuperar y ponerlo en circulación o, tal vez, no tengo ni idea de lo que escribo y resulta que ya lo están haciendo porque la mayor parte de las entidades bancarias cerraron el primer trimestre de 2021 con beneficios superiores al 7%, lo que se traduce entre 400 o 2.000 millones de euros según el banco del que estemos hablando.

Desde luego se confirma que soy fiel representante de la ciudadanía española y canaria y que no me entero de nada porque, según estos datos hechos públicos esta semana, lo peor de la crisis ya ha pasado y ni yo ni mi cuenta corriente hemos notado nada diferente.

Menos mal que, como otros 50.000 canarios, me voy a poder relajar y desconectar de tanta economía porque me ha tocado el Bono Turístico y la Consejería de Turismo me va a pagar unas vacaciones que de otra manera no hubiera podido tener… un momento… ¿de dónde salieron esos cinco millones de euros para los bonos? … Uy, empiezo a darme cuenta del porqué del enfado de Noemí Santana.

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