Falta de argumentos

Canales con claros tintes fascistoides inundan la TDT consiguiendo que un adelanto tecnológico, como es la Televisión Digital Terrestre, huela a rancio.

Algunos tertulianos y ciertos presentadores de estos programas se han convertido en caricaturas de sí mismos que lo único que hacen es expulsar culebras y sapos por la boca. Parecen boxeadores motivados por sus entrenadores en una esquina del ring, “Sal ahí, cabrea a la gente. Grita, insulta y luego chulea. Vamos, tu puedes”.

Estos defensores del “todo vale” no hacen más que vejar, aún más, una labor tan noble como es la de informar. El periodismo está herido de muerte y dando espacio a este tipo de comportamientos lo que hacemos es empeorar la situación.

¿Pero de quién es la culpa? ¿Quiénes son los responsables de tanta mezquindad y confrontación? ¿Los ciudadanos que siguen a estos altavoces de la miseria humana? ¿Los dueños de las grandes empresas mediáticas que lo permiten y en ocasiones lo fomentan? ¿O siguiendo el ejemplo de estos programas, la culpa de todo y por tanto de esto también, es de Zapatero?

Lo que está claro es que cuando el insulto se convierte en la única herramienta para convencer es que faltan argumentos.