¿Está la generación Z preparada para ser gestor de cambio y generar un mundo mejor?

El Foro CATPE Tránsito de Canarias Hacia la Sociedad del Conocimiento, por tercera semana consecutiva, se convierte en el altavoz de los jóvenes canarios, para que, quienes hacen las políticas y las leyes que afectan a su vida les escuchen. El ensayo comienza así:

“Cada nueva generación quiere un símbolo, gente nueva, nuevos nombres: quieren divorciarse de las generaciones anteriores.”, esta frase de Jim Morrison acerca del futuro del Rock, puede servir para nombrar la situación de las distintas generaciones de jóvenes a lo largo de la historia.

La Generación Z, comienza con el fin de la burbuja económica hasta el día de hoy. Ellos toman como referencia a los jóvenes de la generación anterior, pero por el devenir de la historia necesitan mejorar determinados aspectos sociales, políticos y económicos.

Noreena Hertz,analista, acaba de publicar un estudio con 2.000 jóvenes ingleses y estadounidenses de esta franja de edad, los llama generación K, por Katniss Everdeen, protagonista de Los juegos del hambre, que se rebela contra el poder de lo establecido como normal, la propia investigadora admite que se trata de una muestra estadística, pero a mi modo de ver eso no quiere decir que no establezca características propias. Según Hertz “están muy moldeados por la tecnología, pero mucho más por la recesión y las políticas de austeridad. El 77% está preocupado en no endeudarse. Es una generación altruista, nada egoísta”.

Esta generación se caracteriza no solo por el altruismo sino por ser creativos, autodidactas e innovadores, nos caracterizamos por traer “ideas frescas”. Indudablemente estamos sobre expuestos a la información, más información que nunca y en ocasiones imposible de filtrar, pero eso puede ser una ventaja, no podemos negar tampoco que somos la generación que nace con un teléfono en la mano, somos los nativos digitales, los interconectados, los que hemos hecho experiencia de que la lejanía no es impedimento para nada.

Somos a su vez una generación, en la mayoría de los casos, a la que no le importa la orientación, gustos y atracciones de los demás, somos abiertos y respetuosos. Nos gusta lo plural, las diferentes formas de vestir, de expresar, de sentir, y afirmamos que el mundo se nos ha quedado pequeño. La sociedad nos presenta como los jóvenes más preparados, los más cualificados, pero ciertamente estamos poco expuestos al fracaso, que como es normal, nos deprime pero a su vez nos impulsa. La generación Z está preparada para gestionar un cambio, y generar un mundo más justo.

Gracias a la educación, a la inversión que se hace por parte de las diferentes entidades (sean públicas o privadas), los jóvenes estamos más preparados que nunca, como cité anteriormente; ojalá todos tuviéramos las mismas oportunidades, y pudiéramos plasmar en proyectos reales las ideas que tenemos hoy en nuestras cabezas. Yo soy de esos afortunados, tuve la suerte de participar en el “Proyecto Investiga”, que tiene como objetivo fomentar el espíritu indagador de los jóvenes en España. Quieren que demos ideas sobre nuevas energías, nuevas formas de abastecer al planeta, nuevas soluciones a problemas antiguos, o simplemente despertar en nosotros el gusto por investigar y dar respuesta a enfermedades o situaciones que asolan el mundo en el que vivimos.

Me gustaría destacar que somos una generación que disfruta de la vida, pero no solo de la diversión que se esconde detrás de la noche, sino de aquella que viene de la mano de lo artístico y cultural: la música, la poesía, la literatura y el arte. Estoy segura de que podemos ofrecer nuevas ideas, incluso inmiscuirnos en el mundo de los adultos con cierta brillantez, soltura y frescura.

Se nos acusa muchas veces de estar controlados por la tecnología, de que esta nos hace individualistas y egoístas, pero justamente ese mundo junto con el de los videojuegos, bien gestionados, nos convierte en personas imaginativas, colaborativas y solidarias. Es apasionante pensar en que podemos ser parte de los efectos especiales de películas, creadores de Apps, o simplemente colaboradores con grandes marcas a la hora de diseñar publicidad.

Creo que la mayor virtud de esta generación es nuestro carácter colaborativo, se nos acusa de individualistas como cité anteriormente, pero en esa soledad aparente hay un mundo de propuestas interconectadas. Puede ser que tomemos decisiones unánimes, pero somos capaces de ayudar a los demás, nos vinculamos a grandes utopías y causas: los jóvenes queremos acabar con lo indeseable de este mundo, que vemos con ojos reales. Somos, pese a todo personas con sentido del humor, tan necesario para vivir, no nos gusta la soledad y somos consientes de que necesitamos de los demás para cambiar o transformar la crisis en oportunidad.

Me gustaría citar a Steve Jobs “Solo los locos que piensan que pueden cambiar el mundo, serán los únicos que lo conseguirán”, puede que nos encontremos en una situación mundial desesperada, pero justamente para eso estamos aquí, para cambiarlo, es nuestra responsabilidad, estamos marcados por los errores pasados, por las malas decisiones de generaciones anteriores y como lo hemos sufrido también es normal que queramos solucionar o aportar algo de oxígeno, que se traduce en soluciones y en esperanza.

Somos la generación mejor formada, mejor preparada que se había visto hasta ahora, así que la Generación Z puede cambiar el mundo, pero mi generación sabe que no se puede hacer las cosas solo, también somos el resultado de las expectativas de los demás. ¿Quién es quién para limitarnos, o decirnos que no podemos cambiar las cosas? Gracias a la educación recibida lucharemos contra la pobreza, la injusticia, y la desigualdad.