Y Juan Fernando salió por la ventana

Pero antes de la frase sobre los concejalas el exlíder icánico y coalicionero dedicó otra brillante sentencia a López Aguilar. “Este hombre viene entrando tan rápido por la puerta que acabará saliendo por la ventana”. Y la frasecita se cumplió, Jotaflá sólo tardó un año en salir por la escalera de incendios del Parlamento canario con destino al Congreso de los Diputados, allí después de unos meses localizó la escalera de emergencias y pegó a subir escalones hasta llegar a Bruselas. Juan Fernando es uno de los políticos canarios de mayor recorrido y proyección en poco tiempo. PP Manolo lo odia de pura envidia. Pero ayer la militancia socialista canaria terminó de cumplir la sentencia de Mauricio: lo sacó por la ventana.

Santiago Pérez hizo su campaña en las primarias con el discurso de Juan Fernando. Esto no quiere decir que su candidatura se decidiera en Bruselas, no, al contrario, el núcleo duro del juanfernandismo dejó solo a Santiago Pérez en su aventura a las primarias. Consideraban que era un guerra perdida. Pero Santiago apechugó con algunos fieles y resucitó el discurso que le había dado al victoria a su partido en 2007. CC y PP son lo mismo. Ni agua para este régimen. No le des la mano a Paulino que te coge el brazo. Un discurso que la ejecutiva de José Miguel Pérez había enterrado en el último congreso.

Estas cositas de mantener la pureza, de comprometerse a apartarse del cáliz del poder no gustan a unos señores que llevan dos décadas caminando por el desierto. Quieren agua, aunque cada vez queda menos agua (léase presupuestos públicos). Pero, chacho, esto de llegar al aeropuerto y que no te espere un chófer, esto de tener que coger tú el teléfono del despacho, esto de ser honrados y pobres es jodido. Aunque sea un puestito de director general. Aunque sea coordinador de algo. Pero hay que dar la mano a Paulino. Hay que pactar. Hay que preparar el terreno para el día después. Eso lo tuvieron claro casi todos los que perdieron el congreso que José Miguel Pérez ganó hace sólo seis meses. Todos menos Santiago Pérez. Que no se había dado cuenta que los que llevan tres décadas dirigiendo el PSC-PSOE asumieron el discurso de Juan Fernando como una pose. Si Ferraz nos lo mandó, pues había que aguantarlo.

La militancia del PSOE habló ayer en Madrid y en Canarias. En los dos sitios mandaron un mensaje a los presidentes del gobierno. En Madrid le dijeron a Zapatero entrometido (o Zapatero a tus zapatos, que están en la Moncloa). En Canarias le dijeron a Paulino: te puedes dejar querer. Zapatero le hizo a Trinidad Jiménez lo mismo que le había hecho a Juan Fernando, la empujó, la metió por la puerta del PSM contra su voluntad. Ella, que había sobrevivido a la gripe A, ella que se entendía con los consejeros autonómicos del PP en plenos recortes presupuestarios, ella que empujó la ley de dependencia, tenía más futuro que pasado.

Pero el Palacio de La Moncloa debe crear el síndrome del caudillo, de querer dirigirlo todo, ya le pasó a Aznar y a Felipe González. ZP se equivocó en Madrid. En Canarias tuvo más suerte. Su candidato aquí era José Miguel Pérez. Las primarias sirvieron en Madrid y en Canarias para promocionar la imagen de dos líderes territoriales que eran más desconocidos que sus rivales. Decía el secretario general del PSC en El Correíllo que las primarias no eran una segunda vuelta del congreso. La realidad es que le han servido para ganar un liderazgo después de una victoria congresual pírrica. Pero el precio de la victoria de JM Pérez es también el final del recorrido en las islas de Jotaflá, con la clara victoria del presidente del cabildo los militantes acaban de sacar lo que quedaba de Juan Fernando por la ventana. En una casa de Vegueta anoche abrieron el champán que quedaba de la fiesta de la capitalidad cultural. En Tenerife Don Pepito se echó anoche doble ración de sopita con pan para celebrar el resultado de las primarias, Santiago Pérez se dedicará de lleno a la universidad y Juan Carlos Alemán se convierte definitivamente en una estatua en el Parlamento. Y tan contento que está Juanfer en Bruselas.

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Juan García Luján