Nuevos registros en la Eurocámara por la trama de injerencias rusas a través de la ultraderecha
Avanza la investigación sobre la trama de injerencias rusas en la que están presuntamente implicados eurodiputados y asistentes de la ultraderecha. La justicia belga ha ordenado el registro del domicilio y los despachos (en Bruselas y Estrasburgo) de un empleado de la Eurocámara. Según la prensa alemana, se trata del que ha sido asistente del cabeza de lista de AfD, Maimilian Krah, que recientemente renunció por unas palabras sobre las SS que propiciaron la ruptura de Marine Le Pen y Matteo Salvini con su partido a las puertas de las europeas. Krah está salpicado por la presunta recepción de fondos del Kremlin y por el posible espionaje para China de uno otro de sus asistentes.
“En el marco de una causa de la Fiscalía Federal iniciada en abril de 2024, la Policía Judicial Federal de Bruselas, por orden de un Juez de Instrucción del Tribunal de Bruselas, efectuó el 29 de mayo registros en el domicilio de un empleado del Parlamento Europeo en Schaerbeek, así como en su despacho del Parlamento Europeo en Bruselas. Simultáneamente, en estrecha colaboración con Eurojust y las autoridades judiciales francesas, también se efectuó un registro en el despacho de este empleado en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, a petición del juez de instrucción belga”, ha informado la Fiscalía belga en un comunicado.
“Los registros se enmarcan en un caso de injerencia, corrupción pasiva y pertenencia a organización delictiva y están relacionados con indicios de injerencia rusa, según los cuales se contactó con diputados del Parlamento Europeo y se les pagó para que promovieran propaganda rusa a través de la web The Voice of Europe [que ya no opera en la UE y está bajo el sistema de sanciones]. Hay indicios de que el empleado del Parlamento Europeo en cuestión desempeñó un papel importante en este asunto”, agrega el comunicado. La prensa alemana apunta a Guillaume P.
Es el segundo escándalo de este tipo que afecta a Krah en menos de un mes tras la detención de otro asistente acusado de espiar para Pekín. En ese caso, los investigadores sospechaban que Jian Guo suministró información a China sobre opositores de ese país y asuntos relacionados con la Eurocámara, donde desempeña su trabajo para Krah. Según la cadena de la televisión alemana (ARD), el hombre se ofreció hace varios años como informante a las autoridades alemanas que desde el comienzo sospecharon que era un agente doble.
A pesar de las investigaciones en curso, tanto Krah, como el número dos de la lista de AfD Petr Bystron niegan haber recibido dinero de otras potencias extranjeras. La renuncia de Krah se produjo, de hecho, por algo que nada tiene que ver: unas declaraciones en una entrevista en un periódico italiano en las que decía que no todos los miembros de las SS eran “criminales”. Aquello precipitó la ruptura de Rassemblement National de Marine Le Pen y de la Liga Norte de Matteo Salvini con Alternativa por Alemania y su expulsión del grupo de la ultraderecha en la Eurocámara Identidad y Democracia (ID).
Ante la proximidad de los comicios europeos, la UE ha reforzado su blindaje contra las injerencias extranjeras y la desinformación. Además de las investigaciones judiciales, Bélgica, a quien corresponde la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, ha activado el dispositivo de respuesta a las crisis para reforzar la colaboración entre los 27 en la detección y combate de las amenazas híbridas de cara al proceso electoral. “Aunque no podemos considerar que haya una crisis en este momento, permitirá a todos los Estados miembros e instituciones de la UE estar plenamente preparados y operativos en caso de que se produzcan acontecimientos importantes, fomentando al mismo tiempo una cultura de intercambio de información sobre este tema clave”, explicaron fuentes de la presidencia belga.
El Dispositivo de Respuesta Política Integrada a las Crisis (IPCR, por sus siglas en inglés) se ideó a principios de los 2000, cuando la UE constató que requería de un mecanismo común para la gestión de crisis, a raíz de los atentados del 11S y el 11M y el tsunami en Tailandia. Puesto en marcha definitivamente en 2013, permite a la UE compartir información, mejorar la colaboración entre estados y coordinar la respuesta a nivel político.
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