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La periodista chavista de Rajoy
Si uno fuera sevillano seguro que estaría orgulloso de los tres bomberos que acaban de ser absueltos en Grecia de tráfico de personas cuando se limitaban a salvar a inmigrantes en el Mediterráneo. Ese orgullo sería inversamente proporcional al que sentiría por ser paisano de los cinco berzotas desalmados de la Manada. Es como el sevillista que está orgulloso de jugar la final de copa con el Barcelona y a la vez avergonzado por el humillante cinco a cero de los culés.
En este mismo sentido parece que Mariano Rajoy está orgulloso de su periodista venezolana de cabecera, Carmen Martínez de Castro, secretaria de Estado de Comunicación. Como el presidente no ha dicho ni pío del miserable comportamiento de su subordinada, parece evidente que lo aprueba. Lo habría tenido fácil con una simple desautorización, pero ya sabemos que tenemos un presidente pusilánime que siempre mira para el lado contrario al que tiene que mirar.
Ante una manifestación de jubilados en Alicante reivindicado una pensión digna, a la doña no se le ocurrió otra cosa que decir: “Dan ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: os jodéis”. Esta frase recuerda a la que pronunció Andrea Fabra, la hija del político del PP condenado Carlos Fabra, en el Congreso de los Diputados, cuando aplaudió el mayor recorte presupuestario del Gobierno con la expresión “que se jodan” dirigida a los parados españoles.
Es absolutamente vergonzoso escuchar estos insultos dirigidos a la gente más necesitada de España en boca de políticos que viven muy bien con los elevados sueldos públicos que les pagamos todos con nuestros impuestos, incluyendo los pensionistas y los parados.
Repugna, da asco escuchar esas frases que los políticos sueltan a conciencia porque creen que nadie los escucha. Debería ser así: para lo que dicen ciertos políticos es preferible no escucharlos. Lo peor de estos miserables es cuando tratan de justificarse con que la frase la pronunciaron “en una conversación privada y en un tono jocoso”. Cuando lo quieren arreglar, lo joden más, ya que ellos (en este caso ellas) tienen la palabra jodienda en su diccionario habitual. Casi es peor que haya sido a escondidas porque cuando se habla en público se miden mucho las palabras. Aquí se han comportado tal y como son. Desnudas y sin ambages.
Ni siquiera el lenguaraz Rafael Hernando, el portavoz del PP en el Congreso, ha salido a la palestra para recriminar las palabras a la periodista caraqueña acogida por Rajoy. Ya que fustiga tanto al régimen venezolano, podría catalogar de chavista a la secretaria de Comunicación por reírse de los manifestantes jubilados desde el pesebre y la moqueta del poder. ¿No dicen los populares que los chavistas se mofan de su pueblo desde las alturas? Pues exactamente eso es lo que ha hecho Martínez de Castro.
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