Un pirado menos

Afortunadamente a Donald Trump se le acabó el chollo. Sus compatriotas lo han desalojado de la Casa Blanca a pesar de haberse medido a un rival mediocre y gris como Joe Biden. Donald Trump es un iluminado egocéntrico que piensa que es el ombligo del mundo. Ha estado cuatro años haciendo el payaso de manera peligrosa y subido al cable del equilibrista, haciendo cabriolas para que los suyos lo aplaudieran sin rechistar.

 La salida de Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos de América no solo es buena para los norteamericanos sino para el mundo entero, que no tendrá que aguantar ya más las patochadas de este personaje que ha sido el hazmerreír del mundo durante los últimos años.

 El programa del presidente republicano no existe ni ha existido nunca. Su programa es él mismo. En todos los mítines se ha dedicado a poner a parir a sus adversarios sin ton ni son y sin mostrar ningún programa electoral en el que fijara sus pretensiones políticas. 

Su programa se limitaba a advertir chulescamente que iba a levantar un muro con México que pagarían los propios mexicanos. Es un personaje absurdo, desfasado, periclitado y machista. Además de racista, homófobo y xenófobo. 

 No estoy muy seguro de que Biden vaya a hacer un buen papel al frente del país en los próximos cuatro años pero por muy mal que lo haga con toda seguridad lo hará mejor que el actual inquilino de la Casa Blanca. 

El Partido Republicano de Estados Unidos es tan reaccionario que tilda al Partido Demócrata de socialista y hasta comunista cuando es más liberal que Albert Rivera. 

Muchos hispanos de Florida y otros estados han votado a Donald Trump por entender que Biden era la encarnación del diablo bolchevique cuando en realidad es un moderado centrista que en España podría votar perfectamente a Ciudadanos.

Estados Unidos y el mundo están de enhorabuena. El pirado del pelo naranja azafranado tendrá que abandonar la Casa Blanca porque el pueblo lo ha nominado para que a partir de ahora solo sea el expresidente. A pesar de la pandemia, no todo lo que ocurre en el mundo es tan terrible.