Espacio de opinión de Canarias Ahora
El sexo, el lápiz y el tonto
Ahora mismo, mientras usted y yo estamos viendo pasar la vida por la ventana del desván, hay 270 obispos en el Vaticano debatiendo sobre la familia, algo en lo que parece son unos expertos a pesar de ser hombres célibes. Está claro que los más preparados para hablar de parentelas son unos hombres solteros que por la edad, aunque se salgan del sacerdocio, ya no están para tener descendencia ni para trotes parecidos.
Ver a tanto hombre soltero discutiendo sobre la prole de los demás es tan surrealista y fantástico como observar al presidente del Cabildo de Tenerife defendiendo las carreteras de Gran Canaria. Un cura debe saber tanto de sexo, sexualidad y familia como un sexador de pollo. Una cosa es saber el sexo de los ángeles, algo que no sabe ni dios, y otra muy distinta conocer cómo se debe usar, si solo para la procreación o también para el placer.
A veces da la impresión de que la Iglesia solo defiende la primera opción por pura envidia. Si yo no puedo, tú tampoco. Como el perro del hortelano, ni come ni deja comer. Aparte de envidioso, hay que ser un poco egoísta para actuar de ese modo. ¿Qué autoridad tiene alguien que no se ha casado nunca ni lo hará jamás para pontificar y aleccionar sobre el matrimonio? ¿A qué diantres de acuerdos sinodales pueden llegar estos obispos si van a discutir sobre asuntos sobre los que ellos no tienen ni pajolera idea? Estos señores con sotana no han tenido la experiencia de convivir con una pareja y con unos hijos porque ellos son personajes singulares, no comparten su vida con nadie más que no sean otros curas en un monasterio, una parroquia o un palacio episcopal, alejados del mundanal ruido y de la gente normal, corriente y moliente, a pesar de los esfuerzos denodados de este papa.
A veces recuerdan a los políticos que sufrimos a diario: personas que viven bien a costa nuestra, pero alejados de nosotros, ya no solo físicamente, sino también moralmente, como diría Chiquito de la Calzada. ¿Cómo van a resolver nuestros problemas personas que no viven ni vivirán nunca como nosotros? Ellos viven solo para ellos y se limitan a dar órdenes a los demás.
Si la gente tuviera dos dedos de frente se rebelaría ante los gobernantes y la curia porque no tienen nada que ver con nosotros y nos predican como si estuvieran en los mundos de Yupi. Ellos sí que viven en otro mundo. Ya saben: un vaso es un vaso, un plato es un plato, un lápiz es un lápiz y un tonto es un tonto.
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