En esta puñetera profesión hay de todo, como en botica. La manida crisis acabará con mucho oportunista advenedizo que se subió al carro de las teles locales o las radios más locales todavía, pero lamentablemente no podrá con los periodistas que se compran y se venden, como el cariño verdadero. Existían antes de la crisis y seguirán existiendo, entre otras cosas porque esta tierra de vicio y promisión necesita de palanganeros así para que los corruptos se puedan perpetuar. Uno de esos periodistas que se compran y se venden es Andrés Chaves, actualmente colaborador de El Día, que atesora una amplia trayectoria de ida y vuelta en ese y en innumerables medios de comunicación, siempre atendiendo a las trapisondas de cada momento y el lugar donde estuviera el que le proporcionara el más abultado maletín. Ahora pasa una grave crisis (la enésima de su atolondrada carrera) y como parece que lo investigan por sus siempre pintorescos ingresos, ha decidido arremeter contra la Fiscalía.