El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Anfi Tauro lo contaminó todo
Nunca una revoltura de camas resultó tan nociva en una decisión política. Mezclar las camas de Abama, del Grupo Prisa, con las de un pequeño hotel familiar en Tenerife, con las de Lopesan en Meloneras y con las de Santana Cazorla en Anfi Tauro, ha sido error fatal. El elemento contaminante que ha llevado al escándalo por la decisión del Parlamento de declarar muy interesantes, pero que muy interesantes, 5.500 camas turísticas, ha sido Anfi Tauro. Como no podía ser de otro modo, la urbanización de Santana Cazorla era la que había que sacar a toda costa porque lo quería Soria y porque lo quería Adán Martín. Y del interés sobrecogedor de ambos hay sobradas muestras en las hemerotecas y en el sumario judicial de Mogán, y no necesariamente por ese orden. ¿O sí? Porque si Soria se conchabó en exceso con los dueños de Tauro desde agosto de 2004, con aquel viaje torero al salmón, Martín se ha enrededado más de lo que dicen los autos del TSJC en sus conversaciones telefónicas con Santiago Santana Cazorla. Cuando las desclasifiquen, fliparemos.
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