Y en el interior, por supuesto, más desconfianza, más indignación y más contestación a un Gobierno intratable. Las manifestaciones de este Primero de Mayo demuestran que los sindicatos no están en absoluto desactivados ni desprestigiados. Miles de personas se echaron a la calle en España en las muestras de cabreo más numerosas que se recuerdan en esta fecha tan señalada. En el caso de Canarias conviene resaltar la unidad sindical, tantas veces rota con este propósito, que congregó a varias decenas de personas, 40.000 según los convocantes, 10.000 según la delegada del Gobierno, que ya no divide entre diez ni entre dos, ahora divide entre cuatro. Pues bueno.