La derrota del martes en la Cámara de Comercio no impedirá que Ángel Luis Tadeo consume la expulsión de Suárez Gil de los órganos ejecutivos de la institución, una medida que se extenderá a Jaime Cortezo, al que el presidente otorgó una muy simbólica vocalía asesora para que el empresario de Hoya Pozuelo tuviera cierto protagonismo. Cortezo, que quema todos sus cartuchos para salvar la situación, llegó el martes al extremo de retirar el voto con el que le representaba en el pleno de la Cámara su amigo el empresario Ramón Pérez, pero todo se torna insuficiente ante la insoportable soledad en la que se han colocado los que respaldan al Zorro. No obstante, las expulsiones parecen más simbólicas que ejecutivas dado que hace meses que Suárez Gil ni siquiera puede aprovecharse de las ventajas que le reporta su cargo de presidente de la comisión de Exteriores de la Cámara: Tadeo ni siquiera le firma las autorizaciones de viaje, ni los taxis, ni las comidas...