El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
A la caverna, toda la protección
Por el contrario, la práctica habitual de esos amantes de la libertad de expresión, que la proclaman cada día como ejercicio de autoafirmación y propaganda increíble, es potenciar con dinero público a todos aquellos medios informativos que presentan una mejor adaptación al medio ambiente político. Es decir, a sus deseos editoriales. En Canarias hemos asistido a verdaderos comportamientos mafiosos con el dinero público utilizado para comprar líneas editoriales, voluntades de periodistas muy concretos y hasta reportajes infames como el que nos costó a todos los canarios 182.000 euros pagados por la Consejería de Turismo al Grupo Intereconomía para que publicara en Época aquel libelo sobre “Un GAL sin muertos en Canarias” sobre la investigación del caso Faycán, que comprometía seriamente al Partido Popular en una de sus más sonadas causas por corrupción. Hemos visto también cómo han sido despedidos periodistas y cómo incluso ha caído algún director de periódico por imposición de la superioridad política. Por contra, el purismo de la izquierda, que cuida la legalidad hasta rebasar el límite mismo de la memez con el único afán de guardar las formas y no discutir con ningún funcionario respondón, conduce a situaciones como las que vivió Zapatero con el Grupo Prisa, o a nosotros con el Gobierno de Canarias. Para los que aseguran que vivimos de la financiación del Partido Socialista, desengáñense: desde julio pasado, fecha en la que el PSOE entró en el Gobierno de Canarias, la única inversión publicitaria realizada en CANARIAS AHORA fue la campaña de Navidad, por un importe de 2.000 euros. Durante los ocho años de Gobierno de Zapatero, nuestra empresa no recibió ni una sola campaña de ningún ministerio.
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