La suerte está echada. Mariano Rajoy jurará este miércoles ante el Rey como presidente del Gobierno y comenzará una dura legislatura en lo económico, en lo político y en lo social. Pero terminarán las quinielas. El acreditado hermetismo de Rajoy ha resistido todos los intentos por encontrar una rendija por la que filtrar algún nombre de los que le acompañarán en esa nueva etapa política. Y parece que no ha habido manera. las especulaciones, sin embargo, se han disparado en todas las direcciones, y en prácticamente todas ellas aparece el nombre del canario José Manuel Soria. Sus meritorios esfuerzos de estos últimos tres años por posicionarse ante Génova como un político de carrera madrileña han dado sus frutos. Todo el mundo da por hecho que si no le corresponde una cartera obtendrá un puesto de relumbrón que le permita sentirse compensado por sus esfuerzos y sus resultados electorales. El periódico de Federico Jiménez Losantos, Libertad Digital, lo daba este martes como seguro ministro de Fomento, más exactamente, decía de él que “es el perfecto ministro de Fomento”. La definición de “perfecto ministro de Fomento”, se nos escapa por completo e ignoramos qué quería decir o insinuar ese medio. Tenemos nuestra versión, pero nos la reservamos para después del primer Consejo de Ministros.