Desconocemos si a la fiesta montada por los peperos desafectos a Arroyo en Puerto la noche del jueves la gente del sur fue trasladada por la avioneta del socialista Blas Acosta, pero quienes no faltaron al brindis fueron políticos de Coalición. Del descorche de las botellas de Moët Chandon en Costa Calma con Guillermo Concepción (PP) y su gente participó Lázaro Cabrera (CC), advirtiendo, eso sí, que la guerra no la tienen ganada, que para eso es zorro viejo como el marqués. Algún que otro alcalde nacionalista se planteó seriamente -ya en pijama- “al menos salir a recibirlos cuando crucen la frontera del término municipal”, pero quien se apuntó de verdad a la fiesta en el restaurante de Puerto fue la ex alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales, que a eso de las dos de la madrugada reclamaba al grupo de Águeda Montelongo su parte del derribo a Arroyo. “¿Y a mí no me invitan al menos a una copa?”, pidió a modo de presentación en el cotarro. Sabemos de alguno que llegó a casa a las cinco de la mañana...