El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Buen rollito sin Patricia
Fernando Clavijo ya ha pasado a la acción. Él es un hombre de acción y no quiere esperarse a que esté conformada toda la estructura de su Gobierno para echarse a la calle, mochila al hombro, y visitar aquellos despachos y sedes donde prometió estar si alcanzaba la presidencia. O eso pareció entendérsele en la ruta que este miércoles hizo en Las Palmas de Gran Canaria por el edificio sindical de Primero de Mayo (antes General Franco, bueno es recordarlo en tiempos tan revisionistas), la sede central de Cruz Roja en Ciudad Jardín y Cáritas Diocesana, en la Avenida de Escaleritas. Tres visitas de marcado carácter social, como recalcó el presidente en sus intervenciones ante la prensa, que entroncan directamente con las consejerías que son competencia de su socia del PSOE, Patricia Hernández, que a la misma hora tomaba posesión en Santa Cruz de Tenerife a su jefa de gabinete (sic) y a la secretaria general técnica de Empleo (otra vez sic), dos altos cargos (bueno) que se anticipan a otros altos cargos que están al caer, como Isabel Mena en la Viceconsejería de Asuntos Sociales o Roberto Moreno como director general del Servicio Canario de Salud (que todos los dioses del Olimpo le cojan confesado). A Clavijo, como decíamos, se le ve en su salsa haciendo visitas oficiales a instituciones y a sindicatos tradicionalmente marginados de las grandes decisiones políticas, y el gesto fue convenientemente valorado tanto por los dirigentes sindicales (particularmente por el secretario general de la UGT, Gustavo Santana, llamado a ser alto cargo de su gobierno), como por el obispo de la Diócesis Canariensis, Francisco Cases, que estaba encantado. Ya es la segunda vez que se tropieza con el presidente Clavijo porque monseñor fue, al igual que su colega de la Diócesis Nivariensis, Bernardo Álvarez, invitado relevante en su toma de posesión. Y con mención especial en el discurso presidencial refiriéndose expresamente a ellos con su tratamiento de reverendísimos. Que haber sido alcalde de La Laguna también marca para esas cosas eclesiásticas.
A la derecha de la foto
La gira clavijista ha tenido su fiel reflejo en todos los medios informativos, donde empieza ya a escasear de manera alarmante una serpiente de verano que nos permita llegar a septiembre sin demasiado desgaste en la sesera. No pudieron evitar los compañeros que siguieron al presidente preguntarle por el debate turístico y por el tono de las respuestas ya casi estamos en disposición de asegurarles que, de haber existido en algún momento, tal debate empieza a languidecer. En primer lugar porque estuvo defectuosamente planteado (limitar el número de turistas) y en segundo lugar porque cualquier solución de calado para transformar y mejorar el actual negocio turístico requiere tal esfuerzo de la Administración (principalmente inversor) que todos los manuales aconsejan aparcarlos y hablar de otra cosa. De la gente que sufre paro, marginación y pobreza, por ejemplo. Ajena (o casi ajena) a ese ajetreo presidencial, Patricia Hernández se dedicó a lo más protocolario sin abandonar una de sus aficiones favoritas: soltarle a Soria algún sopapo dialéctico para que no se olvide de que este Gobierno de Canarias lo forman dos partidos, y el otro es el PSOE. Quisimos entender que fue pronunciada con sarcasmo la frase de la vicepresidenta de que la sintonía con el Gobierno del Estado “se va a traducir” en mayores desembolsos presupuestarios. Momento que aprovechó para recordar los sablazos que lleva metiendo a Canarias en el Plan de Empleo la ministra del ramo, Fátima (virgensanta) Báñez. Todavía suenan recientes las intervenciones de la hoy vicepresidenta en el Congreso de los Diputados afeando precisamente a este mismo Gobierno que su colega Clavijo venera los atropellos cometidos con las clases sociales menos favorecidas, ésas a las que la diputada Andrea Fabra dedicó el antológico “que se jodan”. Hay que esperar de Patricia Hernández, quizás más conocedora de las competencias que tiene el Estado y de las que tienen las comunidades autónomas, un poquito más de mesura a la hora de entregarse a cumbres monoministeriales en las que no se podrán solucionar más cuestiones que la de quien se pone a la derecha de la foto.
La corrupción en la tele, noticia en la tele
Mientras Clavijo agita sonriente el hisopo del buen rollito y rocía con el agua bendita de los nuevos tiempos a todo aquel que se cruza en su camino, algunos de sus fontaneros ya parecen acostumbrarse a esa práctica tan noble y tan extendida en los gobiernos llamada “el trabajo sucio”. Por primera vez en la historia de la Televisión Canaria es noticia un caso de presunta corrupción en la que pudiera o pudiese haberse visto envuelta la Televisión Canaria, o mejor dicho, alguno de sus ex directivos. En los dos telenoticias de la autonómica se metió en la escaleta de ayer la imputación de la que fuera directora financiera de Radiotelevisión Canaria, Lourdes Reyes, que deberá declarar como imputada por un presunto delito de malversación de fondos al igual que deberá hacer el que fuera su director general, Willy García, en relación a algunos contratos muy sandungueros en los que aparece como beneficiario el empresario y comunicador Francisco Padrón. Haber conseguido extender la sospecha a Lourdes Reyes y que eso sea noticia en la tele pública es un hito que en algunos despachos de Coalición Canaria se ha interpretado como un intento de “los nuevos tiempos” por encontrar a alguien que relaje la lengua y dispare para arriba. A lo más alto que se puede llegar, si es que se puede, para conocer de dónde partió la orden de que se contrataran programas fantasmas como los investigados.
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