Tan oportuna y tan chispeante como siempre, Cristina Tavío, la presidenta del PP tinerfeño, ha vuelto a hacer una genial aportación al panel de corrupción que estamos entre todos dibujando estos aciagos días de diciembre. Si hace unos días se cubrió de gloria solicitando para Miguel Zerolo una distinción de la ciudad a la que ha infligido tantos quebrantos económicos y políticos, el jueves la portavoz municipal del PP en la institución pisó nuevos charcos, esta vez ante los vecinos del barrio de San Andrés. Formaba parte la señora Tavío de la comisión municipal que acudió hasta allí a dar cuenta de las obras que se pretenden acometer para evitar en el futuro nuevas inundaciones, un dique semisumergido que podrá dar lugar a otros aprovechamientos para actividades vinculadas a la zona. No sabemos si en su afán por ser la más lista de la clase o por el de propiciar una inversión mona de la muerte como la de Amarilla Golf, a la líder del PP no se le ocurrió mejor cosa que recomendar a los vecinos que defiendan el proyecto de marina que propuso el grupo Fórum, el que dio lugar al escándalo que amenaza con llevar al banquillo al ex alcalde aún por condecorar. Prevenida por los presentes del doble disparate (además del escándalo, los vecinos se opusieron siempre a esa iniciativa), Tavío rectificó diciendo que se debería hacer pero con dinero de otros empresarios que no fueran los sospechosos. Casi estamos por adivinar quiénes serían los elegidos a su criterio.