Arrancó, parece que completamente, la nueva temporada televisiva en las principales cadenas (no se incluye en esta denominación toda esa pléyade de TDT que incumplen el pliego, se agrupan ilegalmente, se traspasan, se transforman y rinden pleitesía al adjudicador). Y con el inicio de temporada parecía haber inusitada expectación en el arranque de dos programas de debate que compiten por ser los más plurales y libres, el 59 Segundos, de Televisión Española, y El Envite, de Televisión Canaria. La pública estatal eligió como primer personaje a Juan Fernando López Aguilar, cuya presencia cosechó unos discretos resultados de audiencia que provocaron la carcajada en los medios afectos a la Televisión Canaria. La carcajada contra el líder socialista se transformó en atragantamiento al comprobar que la audiencia fue inferior en la segunda entrega del 59, con un Antonio Castro que, sin embargo, ofreció muchos más titulares. Pero con el estreno, el pasado jueves, de El Envite, los supuestos estrellados se han convertido en líderes de audiencia, y las esperadas estrellas, en los verdaderos estrellados.