El caso cierto es que la destitución de Evelia Lemes cayó como un jarro de agua fría en el hospital. Ella misma la había comunicado el lunes al equipo de dirección, pero la inmensa mayoría de la plantilla se enteró por este periódico. La avalancha de mensajes, llamadas y muestras de apoyo y solidaridad no pararon en toda la mañana de este martes, pero la explosión de cariño se produjo en un acto interno que estaba programado desde hace unos dos meses. Lemes debía cerrar una jornada de trabajo dedicada a una puesta en común de las diferentes comunicaciones e intercambios en distintos congresos del personal del hospital. En ese momento, en el que ella intervenía, ya estaban aplaudiéndole los jefes de servicio, las supervisoras, el bloque quirúrgico y un montón más de representantes de los departamentos hospitalarios. Fue un adiós muy emotivo antes de que la doctora Lemes se reincorpore a su plaza de médico de centro de salud en Arucas. Le deseamos mucha suerte en su nuevo destino.