Ya le perdieron el medio a la justicia, aunque hay que reconocer que en este caso la Justicia ha puesto bastante de su parte para que no se le respete lo más mínimo. Nos referimos al Ayuntamiento de Telde, o mejor dicho, a su mayoría gobernante (PP, Ciuca, CC), que no parece haber aprendido de conmociones pasadas producto de la violación sistemática de la ley y de los principios fundamentales del interés general. De la parte judicial se ha ocupado, como viene siendo constante, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia que, en el caso de autos, ha actuado de un modo cuanto menos chiripitifláutico. Los justiciables en presencia son, de un lado, el Ayuntamiento de Telde, y del otro, el grupo empresarial Hermanos Santana Cazorla, que en el pasado lideró enconados enfrentamientos con la mayoría gobernante cuando ésta no era de su cuerda política, concretamente la de Nueva Canarias- PSOE. Fue ese equipo el que acordó en 2009 prohibir a Santana Cazorla contratar con el Ayuntamiento a raíz de unos incumplimientos considerados muy graves en el desarrollo urbanístico de Arauz. Una decisión que suponía, entre otros perjuicios, que la mercantil perdiera el contrato de limpieza viaria, que había ganado en buena lid, lo que condujo al presidente de la empresa, Santiago Santana Cazorla, a jurar venganza eterna, incluido el derrocamiento de Paco Santiago, a la sazón alcalde, por todos los medios disponibles a su alcance. La sangre no llegó finalmente al río, pero esta semana sí se ha producido un acontecimiento singular que avala nuestras sospechas de que esta alcaldesa y su Guillermo Reyes del alma se mueven a las mil maravillas en el terreno de lo pernicioso.